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Desde el viernes, millones de niños disfrutan de sus vacaciones de Semana Santa. Unos días que muchos solían pasar con los abuelos, mientras sus padres trabajaban. Este año, con la pandemia, pequeños y mayores están obligados a mantenerse alejados.

Así, muchos abuelos madrileños, que en estos días de vacaciones escolares, solían cuidar a sus nietos han vuelto a renunciar a ello. Parques, donde era habibutal ver en estas fechas la estampa de abuelos pasando el día con su nietos, se han quedado vacíos de ella.

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Es el caso, de Domingo, de 85 años, y que lleva sin ver a sus cinco nietos desde el pasado marzo. Lo dice con resignación. "no hay que fiarse del virus", dice. A una de sus nietas, nacida hace ocho meses, ni siquiera ha podido conocerla. Debe conformarse -comenta- en hablar con ellos de vez en cuando por teléfono o verlos por videollamada.

Marcelo Cornella, presidente de ACUMAFU, Asociación Cultural de Mayores de Fuenlabrada, en declaraciones a Buenos Días Madrid, comenta precisamente que esta separación familiar, la falta de normalidad está afectando a los mayores que viven una situación de "hartazgo", sobre todo al ver que "todavía queda mucho camino de recorrer" ante la lentitud de la vacunación.