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La conservación a bajas temperaturas permite detener, o más bien ralentizar, las principales reacciones de alteración de los alimentos.

Se pueden congelar hasta los tomates y con el mismo sabor, aunque perderían la textura. Pasa lo mismo con las acelgas, espinacas o canónigos. Se pierde la textura. La patata no resiste la congelación y resiste muy mal la congelación.

Podemos congelar todas las frutas y el plátano es el que mejor lo resiste. Tampoco se recomienda congelar nunca el huevo.

Los frutos secos aguantan perfectamente en la nevera y la congelación. La mayonesa y las salsas que llevan nata no aguantan bien la congelación.

El pollo y el pavo aguanta uno o dos días. Es más perecedero que la carne. La carne picada solo aguanta dos días pero los filetes, hasta tres y cuatro. Lo ideal es meterlo en el congelador. Pero si han pasado dos días, lo ideal es cocinarla y congelarla.

Pasaría lo mismo con el pescado. El blanco puede aguantar hasta seis meses. Todo lo que tenga grasa, congelado va a aguantar menos tiempo.