La ampliación de las aceras en Hortaleza resulta un peligro para los peatones y un embudo para los coches
La ampliación de las aceras en la calle Servator de Hortaleza ha resultado un peligro para peatones y coches, más incluso para los primeros que se ven en riesgo de sufrir atropellos porque los coches no pueden pasar en el embudo que han creado e invaden las aceras. Las obras han concluido dejando un paso tan estrecho que no caben los coches.
Los vecinos se han quedado estupefactos con el cambio y se quejan de que los arreglos que han hecho en las aceras de esa calle, como en la esquina con la carretera de Canillas ampliándolas hacia la calzada y reduciendo la misma, impiden que los coches puedan pasar sin subirse a la acera.
“Trabajamos aquí en una peluquería y esto es un peligro –dice una vecina a Telemadrid. Esta mujer casi fue atropellada y cuenta que “gracias a una compañera que me retiró en el último momento, porque yo estaba de espaldas y el coche se me venía encima. Yo estaba en la acera cumpliendo las normas y el coche se subió a la acera para poder pasar”.
Señala esta mujer que “un coche grande, o un camión o una ambulancia no gira”. Además, si se ocupan las plazas de aparcamiento de esta calle tampoco pasan los coches, como sucedió el pasado sábado que “tuvo que venir la grúa para empujar un coche porque no pasaba”.
"Un cachondeo lo que han hecho"
Además cuando giran hacia la derecha para acceder a la calle Servator pueden golpear a los coches que están aparcados en el lado izquierdo de esa calle porque no hay espacio. No entienden que hayan dejado esas plazas de aparcamiento en ese lado y no las hayan puesto en la derecha según se circula por esa calle.
“Han cambiado el lado para aparcar y es un caos –dicen los vecinos- tenían que haberlo puesto al otro lado, como siempre ha sido”. Algunos vecinos señalan tajantes que “es de cachondeo lo que han hecho” y que ahora tienen que soportar pitidos continuamente y algunos golpes a los coches aparcados.
Para empeorar la situación cuentan que “han hecho un pequeño murete, bajo y de piedra, no se sabe por qué en las escaleras, y la gente se da en las rodillas por la noche porque ni lo ve. Nosotros les decimos a nuestros clientes que tengan cuidado”.
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