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Pese a que sale de espaldas y con capucha ante las cámaras de Telemadrid, cree que le van a reconocer y que perderá su trabajo en la empresa de VTC en la que se encuentra. "Sí, creo que me van a reconocer, espero no verme en la calle, pero quién sabe", dice.

Sale de espaldas en la entrevista en Buenos Días Madrid porque tiene "miedo a ser despedido o tener represalias".

Trabajar como un esclavo

Explica que quiere hacerse taxista porque cree que "las condiciones pueden ser bastante mejores por lo que me han comentado algunos taxistas y porque en la vida hay que seguir mejorando y no estancarte”. Manifiesta que su trabajo le encanta, pero que está “harto y muy quemado”.

Actualmente este conductor de VTC trabaja de 55 a 60 horas y gana 1.000 euros al mes “con pagas incluidas”. “Se aguanta, pero te sientes un esclavo, te sientes mal, explotado, engañado. Tienen incentivos que unas veces se pagan y otras no, te engañan, te dicen que es fácil conseguir los objetivos y no lo es, y los cumples y no te los pagan”, explica.

Mi familia "también quiere comer"

Asegura que aguanta “porque no me queda más remedio, porque mi familia también quiere comer”. Si tienen un accidente, por ejemplo, les descuentan del sueldo, “una cantidad significativa” que puede ir hasta los 160 euros.

A su juicio estos dieciséis días que lleva en huelga el sector del taxi están siendo “muy estresantes, con miedo y pensando que los conductores no tenemos la culpa, somos la pieza más baja de todo el escalafón”. Asegura que ha pasado miedo ("me han amenazado y he tenido un problema con taxistas”).

Conductores explotados

No obstante, dice que “aún así he decidido que la VTC es peor, no puedo permanecer en ese gremio conforme se nos está explotando y se nos está tratando a los conductores”.

El conductor está en la Asociación Profesional del Taxi haciendo un cursillo: "Quiero cambiar de gremio, no de trinchera, no me gustan los términos bélicos, esto no es una guerra, sino una disputa, y no entre VTC y taxistas, sino entre la Administración y sus errores".

Dice que la solución no le compete a él, pero que de ser así “optaría por poner a todos las mismas reglas, porque si unos cumplen las reglas y otros no, no se puede comparar”. Cree que “o se iguala todo o no hay forma”. También opina que “en determinadas cosas tienen razón los taxistas, porque se les han prometido cosas que no se han cumplido, se les ha puesto en una situación muy delicada y entiendo perfectamente su queja”.