Antonio Domingo Jara vive en un piso del Ivima desde hace 30 años ,que es un dúplex y con el dormitorio en la planta superior.
Hace cinco años le diagnosticaron esclerosis y su movilidad se ha visto reducida hasta tal punto que apenas puede moverse por la casa y mucho menos salir a la calle, ya que vive en un quinto piso sin ascensor.
Cambiar a una vivienda adaptada
Antonio y su mujer, María, reclaman a las administraciones que le cambien la vivienda y le asignen una adaptada a sus necesidades a ser posible en un bajo con salida a la calle, ya que tiene auténticos problemas para hacerlo y lo peor es que tampoco tiene movilidad en su casa donde la cocina y el salón están en la planta baja y los dormitorios en la superior.
“Si voy al hospital con una cita a las 11 de la mañana–relata Antonio a Telemadrid- tengo que salir antes de las 9”. Y según su mujer “baja y sube a culetazos, tarda una hora en bajar y hora y media en subir”. Lo que también le ocurre para ir al baño en el piso superior de su casa “tiene que subir tres o cuatro veces arriba y tarda más de 20 minutos”, dice su mujer.
El matrimonio lleva siete años reclamando que se les permita ir a una planta baja con acceso a la calle “pero no llega nunca”. Su mujer dice que no se atreve ni a ir a la compra “por no dejarle, por si se cae” y lo que pide es “que pueda salir con él a la calle con silla de ruedas, porque ahora se pasa el día empotrado en el sillón y ha perdido mucha movilidad”.