Desesperación vecinal en Las Rozas por la juerga y las fiestas de los okupas de un chalet
Más de un año aguantando a los okupas. Es lo que denuncian los vecinos de la calle Peñalara de Las Rozas aseguran que se enganchan a la luz y al agua, ponen la música a todo trapo, hacen sus necesidades en plena calle y a plena luz del día.
Los vecinos de esta calle llevan más de un año aguantando a los okupas que se han metido dentro de este chalet y comentan a Buenos Días Madrid que están desesperados porque los okupas provocan grandes molestias y nadie hace nada.
Es una finca que lleva vacía desde 2006 cuando falleció la persona que allí vivía. Y está así porque los herederos, según cuentan los vecinos, no han logrado llegar a un acuerdo.
Música a todo trapo
Los okupas montan en el chalet juergas nocturnas, donde ponen la música a todo volumen y además subalquilan habitaciones del chalet a otros okupas. Dicen que la semana pasada estuvo la Policía, pero no han podido hacer nada
Además, los vecinos tienen miedo de estos okupas. Afirman que hacen lo que les da la gana, están robando la luz y quisieron coger el agua, pero se lo cortaron. Señalan que mean y hacen sus necesidades en la calle y que también alquilan habitaciones y hacen juergas muchas noches con la música a todo trapo, con sirenas, que se vuelven locos y tiran las sillas desde la terraza de arriba a los vecinos de al lado y a los que pasan por la calle.
Okupas agresivos y amenazantes
Denuncian que el viernes rompieron botellas contra la fachada de uno de sus vecinos. Hay gente de varias nacionalidades, magrebíes, españoles, gritan, rien, lloran, cantan y que algunos parece que no necesitan la vivienda. Cuando “se ponen como locos” según los vecinos les llaman “hijos de puta”, y les dicen que “aquí mandamos los okupas”.
Según dicen los vecinos las dueñas son dos hermanas que no se ponen de acuerdo para venderla porque no la necesitan. Además, desde la tormenta Filomena todas las ramas que se cayeron de los árboles del jardín siguen dentro totalmente secas por lo que los vecinos resaltan el peligro de incendio que ello conlleva.
Les amenazan con quemar las parcelas, dicen que hay gente dentro que va con navajas, y que son chavales jóvenes de unos 20 años que están deseando que alguien cruce una mirada con ellos para liarla. También creen que alquilan la casa para celebrar juergas.
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