La comida rápida, la ‘comida basura’, está en el punto de mira. El Gobierno estudia gravar los alimentos con altos contenidos en azúcares y grasas saturadas.
Pagaríamos más por las hamburguesas, las pizzas o la bollería industrial: alimentos ultraprocesados poco recomendables para la salud. Hay quienes promueven la educación y la formación para conseguir hábitos más saludables a la hora de llenar la cesta de la compra.