El martes 19 de febrero fue visto por última vez comiendo en un restaurante y, desde entonces, ni rastro de Roberto García Solana, vecino de Casarrubios del Monte (Toledo). Todo un mes sin pistas mientras su familia se desespera sin noticias.
El programa Buenos Días Madrid ha hablado con Manuel García, hermano del desaparecido, que cuenta cómo las esperanzas de los familiares de encontrarle bien han ido desapareciendo conforme ha ido pasando el tiempo.
Su hermano dice que, aunque la búsqueda no se ha abandonado, todos los días pregunta a la Guardia Civil a riesgo de ser pesado “pero no saben nada de nada”. Manuel tiene claro que “voluntariamente mi hermano no se ha ido, eso está claro, todo lo que le haya pasado a mi hermano después de la comida en el restaurante, estoy por afirmar que es involuntario”.
Rutinario en todos los aspectos
Manuel agrega que su hermano, por ejemplo, “no deja aquí sus perros abandonados por nada del mundo, mi hermano era de venir a su casa, eso es así”. Además, relata que “Roberto es sota, caballo y rey en sus costumbres, todos los días la misma rutina” y añade que no se le conocen enemigos.
Se da la circunstancia de que Roberto vendió un piso poco antes de su desaparición hecho que se ha sopesado también en las investigaciones, pero su hermano no cree que el robo haya sido la causa porque “creo, aunque no lo sé, que el dinero está en el banco”.
Sin pistas
Por el momento, la única pista que tienen las autoridades es su coche, que fue encontrado en El Álamo (Madrid), municipio a nueve kilómetros del pueblo toledano donde reside. El coche estaba mal aparcado, algo raro en Roberto, según su hermano dado lo metódico que es.
Los efectivos policiales continúan buscándole y han ampliado el radio de posibilidades por los términos municipales colindantes con el pueblo donde residía el desaparecido.