El alto precio del forraje y de la luz ahoga a los ganaderos madrileños

Los ganaderos madrileños han protestado esta semana junto a sus reses en Colmenar Viejo. Piden precios justos para la leche. Acusan a los grandes distribuidores de llevar a la ruina a explotaciones pequeñas.

"Tenía muchísima ilusión, unas inversiones bestiales, pero ya no puedo sacarlo adelante" lamenta José Manuel, un ganadero que "lleva toda la vida" dedicado a su oficio. Tuvo que dejar hace unos meses la explotación láctea de la que vivían él y su hermano.

Primero lo hizo su hermano porque no podía aguatar más pérdidas y más tarde, José Manuel también la tuvo que dejar porque no podía seguir solo. Ahora se va a dedicar a la cría de carne vacuna. Tenía unas 120 vacas, una parte las sacrificó y otras las vendió a otro productor de Madrid.

"Llevo 33 años luchando por la ganadería"

"Llevo 33 años luchando por la ganadería, toda una vida y lo he tirado al garete. Mi padre anteriormente se pasó su vida dedicada a ello. Pero no ha habido manera de sujetarlo. Me pagaban a 32 céntimos el litro de leche y producirlo me costaba 5 céntimos más. Las cuentas no cuadran y si se juntan la subida de la luz y del gasoil es imposible".

A los ganaderos de Madrid les pagan la leche a 0,33 pero según el ministerio de Agricultura con datos de junio el coste de producción es de 0,356, aunque creen que en Madrid probablemente sea más caro porque la mayoría de los insumos (forrajes, piensos, alimentación natural) hay que comprarlos y eso se lleva el 70 por ciento de los costes.

38 granjas de vacuno de leche en la Comunidad

A ello hay que añadir la subida desorbitada de la luz. Dicen que ya han desaparecido las explotaciones de leche en alta montaña y que solo queda una en Buitrago. En concreto, en la Comunidad de Madrid solo quedan 38 granjas de vacuno de leche, que están desapareciendo a un ritmo de un "10% anual".

El sindicato del campo madrileño UGAMA lamenta el tiempo que llevan "arrastrando" una situación en la cual "el que te compra marca el precio" porque, si no la adquiriesen, habría que "tirarla" al ser un producto perecedero.

Esos 8 céntimos más es el margen que piden aumentar los productores el precio de la leche nacional, lo que garantizaría el futuro de muchas granjas españolas "y no encarecería el producto al consumidor".