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En las semanas más duras de la pandemia fueron varios los restaurantes madrileños que decidieron ser solidarios con los más afectados por las consecuencias de los cierres y confinamientos debido a la Covid-19.

Uno de ellos lo encontramos en el barrio de Quintana. El propietario del restaurante Docamar, famoso por sus patatas bravas, propuso a los 40 trabajadores de su local cocinar para aquellos que se habían quedado sin trabajo y no podían hacerse cargo de la alimentación en sus hogares. De este modo los empleados de este establecimiento trabajaron durante cerca de medio año para sus vecinos más necesitados de manera gratuita.

Como ha explicado a Telemadrid, Rey, uno de los cocineros “la experiencia de trabajar gratis para los vecinos que peor lo estaban pasando fue muy buena por poder ayudar en esos momentos en los que muchos se quedaron sin empleo".

“Hacíamos hasta 70 menus diarios para aquellas personas que se habían quedado sin trabajo por la pandemia”, ha comentado.

Nos colamos en el restaurante solidario de Javier Muñoz Calero

Raul Cabrera, uno de los propietarios del restaurante Docamar, ha contado que uno de los secretos de sus famosas patatas bravas está en “el sabor del pimentón ahumado y que no pican mucho”.

El restaurante trabaja ahora en otra iniciativa solidaria en Ciudad Lineal, las becas para el deporte del barrio. “Queremos que los niños de familias necesitadas tengan acceso al deporte y que se puedan apuntar a un equipo, por eso hemos puesto en marcha estas ayudas en forma de beca”. ha explicado Cabrera.