Lo pintó Daniel Quintero en 1993, cuando Manuela Carmena era decana de los jueces de Madrid. Acudió una docena de veces al estudio para posar.
La compró un coleccionista alemán, que ahora la subasta por 15.000 euros.
Representa a la alcaldesa en un gesto de escucha, con la cara apoyada en su mano y sosteniendo un lápiz como si estuviera decidiendo una sentencia.