La batalla contra el coronavirus no acaba cuando los enfermos abandonan el hospital. Cada vez son más los expertos que advierten de las graves secuelas tras pasar semanas e incluso meses en una UCI. Así lo confirma a Telemadrid la médico intensivista del Hospital Puerta de Hierro, Inés Lipperheide.
“Se habla mucho del número de contagios, de los pacientes que han fallecido, pero también hay una cantidad de pacientes que no salen tanto en las noticias o que la gente no está familiarizada con las secuelas que te deja un Covid”.
“Tenemos pacientes todavía en la UCI de la primera oleada, y estamos hablando de 196 días de UCI, con historias tremendamente duras y todavía con mucho trabajo por delante”, señala.
Con oxígeno a casa
Tras seis meses, relata la doctora Lipperheide estos pacientes han evolucionado y pasado por muchas etapas. “Pero lo que principalmente tienen después de tanto tiempo son secuelas respiratorias, no terminan de respirar bien por sí mismos, muchos tendrán que ir con oxígeno a casa y posiblemente en su vida habitual, de movimientos, de hacer cosas fuera de casa tendrán una movilidad bastante limitada”.
“Y luego está el tema osteomuscular –añade- la capacidad de poder ponerse en pie, de andar, de movilizar los brazos, de poder hacer una vida independiente”. Recuerda Lipperheide que “son pacientes jóvenes de 48, 50 años que tenían antes una vida plena, con capacidad para hacer todo tipo de cosas, que acudía a trabajar, y ahora se ven mermados por una situación totalmente limitada por la falta de oxígeno o no poder subir un piso con escaleras, por ejemplo”.
Más de 200 días en la UCI
En la UCI del Puerta de Hierro “tenemos ahora mismo dos pacientes que ya llevan más de 200 días, son pacientes que salieron de casa en marzo y son muchos días ingresados. Y, además, queda mucho trabajo por delante, les quedan más semanas en planta para recuperarse”.
Pacientes como Javier Vicente González, que lleva más de 193 días en la UCI del hospital. Javier, que era un hombre grande y fuerte de 50 años ha perdido 40 kilos de peso, aunque ahora, y gracias al trabajo de los fisioterapeutas, puede ya acercar sus brazos a la cara y mover los pies, pero no se puede poner de pie.
La doctora Lipperheime llegó al hospital en 2008 para formarse y luego tuvo contratos de guardia. Con la pandemia, le ofrecieron un contrato a tiempo completo hasta el próximo 31 de diciembre. Dice que estaba acostumbrada a ver pacientes graves en la UCI, pero no tantos en tan poco tiempo.