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Una de las imágenes que nos ha dejado la pandemia han sido las colas de gente necesitada acudiendo a las despensas solidarias en busca de alimentos. Más de un año después, siguen necesitando su ayuda, pero son menos.

Estas asociaciones han surgido con la pandemia, según comenta a Buenos Días Madrid Susana, una de las responsables de la asociación de despensa solidaria de San Fernando de Henares que se creó porque “surgió la necesidad de ayudar con alimentos a familias que nunca habían necesitado ningún tipo de ayuda”.

Ayuda para la gente que no llega a fin de mes

“Tenemos muchísismos a los que atendemos: gente que se ha quedado sin trabajo, familias que están trabajando pero no llegan a fin de mes...” Con todo, dicen que perciben que la gente acude menos. Pese a ello, son 79 las familias de San Fernando que vienen para solicitar esta ayuda.

“No hay colas –dice Susana- porque citamos a la gente cada media hora. Procuramos que no haya nadie en la puerta para recibir porque entendemos que no se puede quedar sin alimentos ninguna persona solo porque le de vergüenza pedirlo”.

Colas del hambre no, despensa solidaria sí

Aseguran en esta asociación que no les gusta el término ‘colas del hambre’ ya que ellos ayudan a personas desfavorecidas de San Fernando de Henares. “Somos una despensa solidaria y entregamos alimentos y productos de primera necesidad para que nadie se quede sin ello”, señala Susana.

Esta despensa solidaria surgió a finales del mes de abril del año pasado tras estallar la pandemia y la crisis económica que sobrevino de la mano de 5 asociaciones vecinales del municipio y con donaciones particulares. Ahora mismo atienden a 79 familias de tres y cuatro miembros la mayoría por lo que suministran comida y productos de higiene a unas 275 personas cada mes.

Banco de Alimentos

Ahora reparten cada dos martes y este viernes van al Banco de Alimentos de Madrid a por los 1.500 kilos que les corresponden mensualmente. Solicitaron que el Banco de Alimentos les acreditara como beneficiarios en el mes de marzo y ya en abril les hicieron la segunda entrega.

Su mayor alegría, según aseguran, es cuando una de esas familias les dice que ya no necesitan su ayuda porque han encontrado trabajo. Al menos tienen tres casos, pero les gustaría que fueran muchos más y esperan que esta situación dure lo menos posible.