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La calle de Atocha existe desde antes de que la corte de Felipe II trasladase la corte a Madrid en el siglo XVI. Se encontraba en las afueras de la ciudad y era un camino que unía a Vallecas con la ciudad. Atocha ya tenía a su virgen y existían desde la creación de su calle un gran nuevo de fieles que acudían a la romería para dejas sus flores. Nuestra señora de Atocha es una de las imágenes más antiguas de Madrid.

En la calle Puñonrostro vivió Don Fernando del Pulgar, cronista de los reyes católicos. Esa misma casa llegó a vivir años más tarde el Conde de Puñonrostro. En la calle solo existen tres edificios y los tres son religiosos. El convento de Corpus Christi, la hermandad de los estudiantes y la basílica de San Miguel. La basílica pertenece al cuerpo diplomático porque ostenta la sede de la nunciatura apostólica, es decir, es la representación del vaticano en Madrid.

Atocha, una calle en tres actos

Cercedilla tiene más de 40 nacionalidades distintas entre sus habitantes. Muchas familias ilustres del deporte español han salido de Cercedilla. En Cercedilla se han criado 29 campeones de España entre ellos se encuentra Blanca Fernández Ochoa, la primera mujer en conseguir una medalla olímpica para España. Algunas historias cuentan que Cercedilla sirvió para de hospital para los heridos de guerra del ejército nazi.

La calle Argumosa se encuentra en el barrio de Lavapiés y tiene una longitud de unos 500 metros. En la calle se encontraban una gran variedad de establecimientos como una carbonería o una lechería o una fábrica de madera. La calle recibe el nombre en honor al cirujano de Isabel II, Diego Argumosa. Esta calle alberga la fiesta de San Lorenzo que se producen en el mes de agosto. Las fiestas se inician repartiendo limonada a los vecinos el día del patrón del santo que es el 10 de agosto.