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En ‘Callejeando’, hemos visitado la Calle Mayor de Alcalá de Henares. Hasta la ciudad de Miguel de Cervantes se ha desplazado el presentador Luis Muñoz, para mostrarnos la calle soportalada más larga de España. Más allá, de la arquitectura misma de la calle, del exquisito acabado de los balcones en las fachadas de las casas que hay encima de los soportales, llama la atención las originales mirillas que se han conservado desde la Edad Media.

Estas mirillas, están en el techo de los soportales, o en su defecto, en el suelo de las casas de encima. La explicación a esta original idea, se encuentra en el funcionamiento mismo de la calle y en la población que la habitaba. La Calle Mayor de Alcalá de Henares, era una calle en la que se asentaba una población judía importante dedicada al comercio. Los judíos solían sus tener sus negocios en la planta baja, a pie de calle y las viviendas justo encima de los soportales.

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De esta manera, cuando alguien se acercaba a su negocio y llamaba a la puerta, si al dueño le encontraba en su casa, solo tenía que mover una escotilla en el suelo para abrir la mirilla y mirar. Si quería recibirle podía bajar a abrirle o bien, podía tirarle las llaves por el hueco de la mirilla. Aunque, hoy día este tipo de mirillas ya no existen, mantenerlas, las convierte en el testimonio empírico de cómo era la vida en la Edad Media.