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La Calle del Desengaño, una de las vías más antiguas de Madrid, ha sido testigo de transformaciones a lo largo de los siglos, reflejando la historia y el carácter cambiante de la ciudad.

Esta calle, que hoy conecta el corazón de la capital, tiene un pasado fascinante que se remonta al siglo XVII y, posiblemente, antes. En aquellos tiempos, nos cuenta el guía Ernesto Vidal, el área en la que se encuentra Desengaño era un barrio popular, muy diferente a la imagen que proyecta en la actualidad, tras los profundos cambios urbanísticos que trajo consigo la construcción de la Gran Vía a comienzos del siglo XX.

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En sus orígenes, "la calle era mucho más extensa que la actual", cuenta Vidal. No solo cruzaba la Plaza de la Luna (también conocida como Plaza de Soledad Torres Acosta), sino que "se extendía hasta la zona de Chueca, alcanzando casi la Calle Clavel".

Sin embargo, con el paso de los años y las reformas urbanísticas, especialmente las que se dieron durante el siglo XX, Desengaño fue acortada y perdió parte de su protagonismo en el entramado de la ciudad.

El Cambio de Nombre: De los Basilios al Desengaño

Curiosamente, la calle no siempre se llamó Desengaño. En sus primeros tiempos, "era conocida como la Calle de los Basilios", en honor a un convento de frailes basilios que se encontraba en las cercanías.

No obstante, en cuanto al nombre actual "ni Mesoneros Romanos, el gran cronista de Madrid ya en el XIX, tiene muy claro, por qué cambia el nombre y adopta lo de desengaño en honor a una famosísima leyenda que gusta tanto a los madrileños".

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La leyenda que inspira el nombre de la calle relata el enfrentamiento entre dos caballeros, Vespasiano de Gonzaga y un noble rival, que comenzaron a batirse en duelo.

En medio de la lucha, ambos quedaron deslumbrados por la aparición de una mujer de gran belleza, a quien persiguieron con la intención de descubrir su identidad.

Al girarse, la misteriosa mujer reveló ser nada más y nada menos que una calavera, una novia esquelética que les produjo un profundo sentimiento de desilusión.

Ante este "desengaño", los caballeros cesaron su pelea y continuaron sus vidas por separado, marcados por la experiencia.

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Francisco de Goya y la Calle del Desengaño

Entre los muchos personajes históricos que han dejado su huella en la calle, destaca el célebre pintor Francisco de Goya. "Goya vivió en el número uno de la calle, junto a su esposa, y fue en ese mismo lugar donde nació su hijo Javier, el único de sus descendientes que sobrevivió a la infancia", explica Vidal.

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En los bajos de la casa donde vivía Goya, se anunció en una gaceta de la época "la venta de los famosos Caprichos" del artista, una serie de grabados satíricos que criticaban la sociedad de finales del siglo XVIII.

La obra tuvo tanto éxito que "nobles e ilustrados hacían largas colas para adquirir los grabados, hasta que la Inquisición intervino y prohibió su venta".