Michael Douglas, Gwyneth Paltrow, Viggo Mortensen… y un crimen perfecto
Este domingo, a las 15:45, en Telemadrid
Michael Douglas asegura que participó en ‘Un crimen perfecto’ porque no era un remake de 'Dial M for Murder' (Crimen perfecto) de Hitchcock. El director Andrew Davis se basó en la historia de Hitchcock pero quiso hacer algo diferente, más adaptado al público de final del milenio.
En 'Dial M for Murder', Ray Milland interpretaba a Tony Wendice, un marido que concibe un plan para dar muerte a su esposa Margot (Grace Kelly) tras descubrir que le es infiel. Y, de paso, quedarse con su fortuna. Para ello chantajea a un amigo de la universidad y ambos acuerdan un plan perfecto: el asesino deberá sorprender a Margot cuando esté sola en casa y estrangularla cuando reciba una llamada de teléfono (por eso en Latinoamérica se tituló 'La llamada fatal'). Por supuesto algo sale mal.
Como pasa con muchas películas, originalmente 'Dial M for Murder' era una obra de teatro. El libreto es del dramaturgo británico Frederick Knott, que sólo escribió tres obras de teatro pero alcanzó el éxito en 1952 con Dial M For Murder (Crimen perfecto) y en 1966 con Wait Until Dark (Sola en la oscuridad)
'Crimen Perfecto' ganó mucho dinero pero a su autor le costó mucho estrenarla y, desde luego no se hizo rico con ella. Hasta en siete ocasiones le rechazaron la obra a Knott y menos mal que la BBC le propuso adaptarla a televisión. Después de eso vendió los derechos para el cine por 1.000 libras y el productor, James Sherwood, decidió representarla en un teatro de Londres. Fue un gran éxito.
Knott escribió la versión para Hitchcock en 1954. Todavía hoy 'Crimen perfecto' se sigue representando en teatros de todo el mundo. El guión se ha traducido a 24 idiomas.
A finales de los 90, del siglo XX, Andrew Davis retomó la idea, le dio una vuelta y sacó una película diferente. Una época distinta, una ciudad distinta y unos personajes con más dinero en los bolsillos que, en esta ocasión, son millonarios, guapos, ricos, triunfadores, viven en Nueva York y son considerados por todos como la pareja ideal. Se mantienen los elementos más emblemáticos de la trama como la famosa llave y el teléfono, que en esta ocasión es un móvil.
Michael Douglas da vida al marido y Viggo Mortensen, a quien sólo le faltaban tres años para encarnar a Aragorn en la saga El Señor de los Anillos, al amante, un joven y bohemio artista con quien la mujer (Gwyneth Paltrow) mantiene un romance.
Viggo Mortensen contó que, para crear ambiente en las escenas de cama (más explícitas que en la de Hitchock, que por algo los tiempos cambian), le cantó un par de canciones a Gwyneth Paltrow. Después declaró el actor: "no sé si en lugar de calmarla, terminé asustándola". Tratándose de Viggo Mortensen no parece probable.
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