A finales de 1977 se filtra el borrador de la Constitución. Por primera vez se conocía en profundidad el texto de la Carta Magna, en un contexto social y político aún complicado. El malestar era generalizado, un escándalo nacional que a punto estuvo de acabar con los trabajos constitucionales.
Los "padres de la Constitución" se reúnen en el Parador de Gredos, en un esfuerzo de consenso. En la Comisión del Congreso se presentan más de 1.000 enmiendas.
UCD y Alianza Popular avanzaban en acuerdos, aprovechando su "mayoría mecánica", y el PSOE liderado por Felipe González, manifiesta su intención de cambiar lo antes posible un texto que no consideraba "de todos".
El presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, ve peligrar el espíritu de consenso con el que había nacido el proyecto constitucional y encarga a Fernando Abril Martorell, vicepresidente y ministro de Economía, tomar el mando de las negociaciones con los socialistas. Alfonso Guerra se pone al frente, por el lado del PSOE.
Abril Martorell y Guerra se reúnen en el restaurante Jose Luis para avanzar en un texto de consenso sin luz ni taquígrafos, lo que se dio en llamar los "pactos del mantel", un acuerdo en la sombra que fue respetado también por la prensa.
La estrategia de Suárez había funcionado y en pocas semanas, la primera Constitución democrática quedó redactada.