Vídeo: Redacción | Foto:Telemadrid
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Shaila de los Ángeles Morales de las Heras (Madrid, 1979) tiene un evidente parecido con su madre, tanto en lo personal como en lo profesional. Las referencias a Rocío Durcal son inevitables. Dice que "le hace mucho ilusión" que siempre la paren por la calle para recordarle alguna historia relacionada con su madre, pero Shaila también busca su espacio: "Soy su hija, pero soy otra persona también".

Confiesa que la pérdida de su madre tan pronto (ella tenía 26 años) fue muy difícil: "Me faltaba mi mamá", asegura, en un momento además en el que iniciaba su carrera. Por eso tiene dudas cuando piensa en tener hijos: "¿Y si les dejo muy temprano?", se pregunta emocionada.

Cuando falleció su madre puso terreno de por medio con todo lo sucedido, pero volver a Madrid para ella siempre ha supuesto remover sentimientos: "La veo en todos lados. Y hablo con ella. La gente dirá que estoy loca. Pero he hablado con ella en sueños y me dijo que lo estaba haciendo muy bien. Por eso estoy tranquila y me quedé tranquila cuando mi padre también se fue".

Shaila no rehúye las cuestiones polémicas y habla de sus hermanos, para afirmar que son "una piña", pero que "como en cualquier familia, hay peleas". Y sale al paso de los rumores que señalaban que sufría anorexia, aunque sí reconoce que, debido a los constantes viajes de sus padres, no tuvo una "rutina de comer sano". Tampoco niega que hubo "malosentendidos" sobre la herencia de sus padres, y está convencida de que su padre, Júnior, murió de pena.