Coser y Contar: El corsé de Isabel II

En ‘Coser y contar’, Lorenzo Caprile te invita a un viaje apasionante a través de la historia de la moda donde conoceremos la vida de personajes como la emperatriz Eugenia de Montijo o el maestro Balenciaga y, también, recorreremos rincones desconocidos de nuestra capital y de la Comunidad de Madrid donde estos personajes vistieron, inventaron, crearon y lucieron esas prendas y esas modas que han transformado a nuestra ciudad en una referencia absoluta en el mundo de la moda.

Este capítulo va dedicado al completo a una pieza fundamental del armario femenino durante siglos, el corsé, un elemento tan fundamental que le salvó la vida a toda una reina de España, doña Isabel II.

Estudiaremos junto a varios expertos el intento de asesinato el 2 febrero de 1852 a la reina Isabel II y cómo su corsé se posicionó en los libros de historia como la prenda de vestir que fue capaz de salvar la vida de la monarca.

Y para ello nos dirigimos a la Real Basílica Nuestra Señora de Atocha, lugar donde se conserva el manto que la reina regalo a la Virgen y que permanece expuesto permanentemente en un lugar privilegiado que abre sus puertas a los fieles todos los domingos.

Visitaremos también el Museo Arqueológico Nacional, dónde se conserva el histórico corsé que la reina guardó como una reliquia tras el intento de asesinato por parte del cura Merino.

"El corsé fue donado al museo por el duque de Tetuán, el mayordomo real de Amadeo de Saboya, en 1871", nos ha contado María Ángeles Granados, conservadora del Museo Arqueológico.

Lo que más llama la atención al ver esta pieza conservada es el corte que el arma dejó en el corsé el día del atentado. "Una puñalada que fue muy poco profunda ya que, al entrar, chocó con una ballena", ha matizado María Ángeles.

Además, nos trasladaremos a la corsetería Lupe para conocer las características más relevantes de esta joya atemporal de la lencería y cómo fueron los cambios que sufrió a lo largo de la historia hasta la aparición de un elemento que lo desplazó por completo, el sujetador.

Pero el cambio más relevante es el uso del corsé, que dejó de ser una prenda interior íntima para empezar a lucirse como pieza única.