Coser y Contar: Mantón de Manila
¿A quién no le gusta darse un paseo por las calles de nuestro queridísimo Madrid? ¿O tomarse una tapa en una de nuestras maravillosas terrazas? ¿O ir de comprar por cualquiera de nuestros barrios tan castizos?
Pero, ¿cuántos conocen la historia de prendar madrileñas que con el paso del tiempo se han vuelto iconos de la elegancia y del estilo a nivel mundial?
En ‘Coser y contar’, Lorenzo Caprile te invita a un viaje apasionante a través de la historia de la moda donde conoceremos la vida de personajes como la emperatriz Eugenia de Montijo o el maestro Balenciaga y, también, recorreremos rincones desconocidos de nuestra capital y de la Comunidad de Madrid donde estos personajes vistieron, inventaron, crearon y lucieron esas prendas y esas modas que han transformado a nuestra ciudad en una referencia absoluta en el mundo de la moda.
Y qué mejor prenda para arrancar esta temporada de ‘Coser y contar’ que el mantón de Manilla, uno de los símbolos por excelencia de la cultura madrileña.
El mantón de Manilla es una pieza imprescindible para cualquier chulapa y se luce a la perfección mientras se baila el castizo chotis.
¿Cómo sabemos que estamos ante un mantón de calidad?
“Se sabe de su calidad por el enrejado, por la caída del fleco y por el peso del mantón, cuanta más caída y más peso, mejor”, nos ha contado Alberto Moreno, de la asociación cultural ‘Los chulapos del Puente de Vallecas’.
Este apasionado de la historia también nos ha hablado de la procedencia del mantón: “Lo traían de Manila, pero el origen es chino, además, todos los bordados se hacían a mano y de ahí viene el dicho de «esto es trabajo de chinos». Un trabajo muy difícil, se dejaban la vista ahí”.
Pero para conocer a fondo el origen de esta pieza típica madrileña nos hemos dirigido al Museo de Historia de Madrid donde nos ha recibido su directora Hortensia Barderas.
En este lugar hemos visto dos mantones impresionantes que datan del siglo XIX con dos estilos completamente diferentes, uno en blanco y negro y otros en tonos dorados y marfil con todos los bordados a mano.
Y Hortensia nos ha contado una curiosidad, al ser piezas de seda auténtica, no se pueden doblar, por lo que su transporte se hacía de una forma muy particular: “Se soltaba el mantón tal cual caía dentro de una caja de tela bordada que se introducía después dentro de otra caja de madera lacada y forrada de seda también”.
Dejamos atrás este museo y sus joyas para visitar una de las tiendas con más solera de nuestra capital, ‘Casa de Diego’, para conocer la actualidad del mantón de Manila, ¿quiénes lo compran? ¿cuáles son los colores más elegidos?...
Y para contestar a todas estas preguntas, nos espera Javier Llerandi, el propietario de esta tienda que ahora regenta la sexta generación.
Aquí hemos podido ver una verdadera joya, un mantón de altísima calidad que cuesta unos 3.000 euros, con un gran enrejado, peso y en un elegante color camel en el que destacan perfectamente los dibujos bordados en otros tonos.
Cuántos más colores tenga el bordado en degradado, más caro es por ser mucho más trabajoso.
Aunque en esta tienda también hay mantones para todos los bolsillos, en los clásicos y demandados blanco y negro con el bordado en varios colores para combinarlo con cualquier traje y que cuestan entre 200 y 300 euros.
Además, Javier nos ha explicado minuciosamente cómo cuidar y lavar correctamente esta prenda tan delicada: “El mantón hay que guardarlo tirado, nunca doblado. En cuanto a las manchas, la seda crea un moho y en zonas de mucha humedad crea unas manchitas que la gente cree que son de café y son muy difíciles de quitar, pero si estamos en una fiesta por ejemplo y nos cae algo en el mantón, hay algunos tintes que sí que quitan la mancha, aunque sin flotar porque se marca la seda. Y lo que nunca se puede lavar ni mojar es el fleco porque se estropea”.
Un consejo para lucirlo siempre planchado y no arriesgarse a estropearlo es colgarlo en una percha antes de ducharnos dentro del baño en forma de pico para que se estire completamente con los vapores del agua caliente.
Y tanto trabajo, esfuerzo y cuidado tiene su recompensa cuando llega el momento de lucirlo que normalmente se hace con forma de pico a la espalda, aunque en Madrid es más típico llevarlo con forma cuadrada.
“El truco para que no se caiga y dominar al mantón es ponerlo sobre un hombro, lo malo es cuando lo llevan aquí (caído en el codo)”, nos ha contado Olga María Ramos, hija de Olga Ramos, conocida como ‘La reina del cuplé’.
Olga María nos ha contado también cómo llevar el mantón de traje: “yo aconsejo un mantón más pequeño y ligero porque no se pueden poner alfileres, y lo tienes que sujetar en la ropa interior”.
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