Con todo lo que ha vivido en el último año en el PSG, a Mbappé nunca se le ha borrado la sonrisa. Un hombre carismático y bromista. Amante del baloncesto y de la NBA, que aprovecha cualquier momento para practicar su tiro.Lejos queda aquel niño que creció practicando esquí, y que tuvo que dejarlo para evitar lesiones. También es aficionado del tenis. Además de políglota, habla francés, inglés y español.
Hijo de Wilfried Mbappé, exfutbolista de origen camerunés y nigeriano y de Faysa Lamari, nacida en Francia, con raíces argelinas, ex jugadora de balonmano. Siempre ha llevado el deporte en sus genes.
Entre sus pasiones se cuelan los videojuegos, creció como muchos otros niños, pegado a la consola y al FIFA, hasta convertirse en la portada del mismo.
La estrella rompe los esquemas y estereotipos. Siempre se ha mantenido lejos de la fiesta, y cerca de su familia. Sus sobrinos son su debilidad. Aunque es muy celoso de su vida privada.
Nunca vio como una prioridad sacarse el carnet y no conduce. Un perfil muy semejante al de su compañero Bellingham, que acude acompañado a los entrenamientos. Así es el Kylian Mbappé más personal.