Vídeo: Redacción | Foto:Telemadrid
(Actualizado

El final del partido entre el Real Madrid y el Bayern Munich, que dio la clasificación a los madridistas para la final de la Liga de Campeones, provocó una explosión de alegría en las gradas y en el césped.

Rodrygo se arrodillaba y rezaba, Vinicius alzaba los brazos al cielo del Bernabéu, Bellingham se abrazaba a Kroos y como un niño pequeño celebraba el pase a la final con Camavinga.

Rudiger cogía una silla y emulaba a Alba mientras a Ancelotti se le escapaba alguna lágrima cuando el Bernabéu cantaba el himno.

Los bailes de Rudiger y Militao. Toda una fiesta sobre el césped que nadie se quería perder y que se trasladó al vestuario. Un apoteósico final.