Carolina Hernández juega en la Liga Iberdrola, la Primera División de fútbol femenino, pero también es árbitro. El fútbol es su pasión y lo disfruta marcando goles e impartiendo justicia en los partidos.
“Como árbitro me definiría con mucho carácter, cuando se me trata con respeto doy paso al diálogo, pero en el momento que me tratan sin respeto no doy ningún pie al diálogo”, comenta Carolina.
“Cuando soy árbitro pienso en mí misma y no entiendo porque las jugadoras protestan tanto, pero cuando soy jugadora lo que pienso como árbitro no lo hago como jugadora. Como jugadora no ayudo a los árbitros”, reconoce Carolina Hernández.
Carol tiene claro lo que menos le gusta del arbitraje: “Los insultos desde la grada, que te digan que no sabes arbitrar o que te vayas a fregar, es me molesta bastante”.
Pero también tiene sus cosas positivas. “Lo mejor es mandar, saber cuándo puedes pitar una falta o sacar una tarjeta amarilla, eso es lo que más me gusta de arbitrar”, manifiesta Carolina.
Cuando termina su jornada como árbitro, Carolina se viste con la equipación del Madrid CFF para seguir disfrutando de este deporte, pero como futbolista”.
“Comencé a jugar desde pequeñita en un colegio hasta que mi actual club, el Madrid CFF, me comentó que iban a hacer un club exclusivamente femenino y así hasta hoy. Llevo ocho años en el Madrid CFF y espero seguir muchos años más”.