Vídeo: Redacción | Foto:Telemadrid
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Egoncéntricos, vanidosos y caprichosos, futbolistas muy caprichosos con equipos que se lo han dado todos. Ser desagradecidos también es otra de sus cualidades, pero como todo en la vida, existen los matices, grados.

Si hay un futbolista que se lleva la medalla del oro al mal comportamiento es Neymar. Es capaz de recoger el oro olímpico con Brasil y encararse con un aficionado tan solo unos minutos después.

Enfrentamientos que se han repetido a lo largo de su carrera, en la que las lesiones, por su falta de compromiso y profesionalidad, le han apartado durante meses. La última gran cita perdida fue la Copa América que sus compatriotas han levantado. La falta de respeto es tal que ni siquiera ha vuelto a París.

Decisión que también ha tomado Antoine Griezmann al no incorporarse a la pretemporada del Atlético de Madrid. El último acto de su espectáculo, ese que lleva interpretando ya dos años. Con decisiones de ida y vuelta. Con un vacile que se ha repetido cada verano con los rojiblancos.

Es cierto que durante la temporada, Griezmann siempre ha cumplido en el terreno de juego. Para é es las la medalla de plata.

El tercer puesto es para Cristiano Ronaldo. Siempre triste, siempre protagonista. Aguando las fiestas. Creyéndose siempre el mejor en todo.

Probablemente su gran defecto y razón de estar en este ranking porque a nivel de trabajo y resultados en el campo a Cristiano Ronaldo no se le puede reprochar nada.