El defensor uruguayo del Atlético de Madrid José María Giménez recordó en un vídeo por sus 200 partidos con el equipo que cuando su compatriota Diego Godín se marchó del club lo primero que le dijo fue '¿Me dejas la 2?', por el dorsal de su camiseta, que le genera "presión" por el legado de su predecesor.
"Cuando me entero que Diego (Godín) sale, lo primero que le dije fue: '¿Me dejas la 2?'. Si bien es un número, para mi es importante, el jugador que lo llevó antes que yo hizo muchísima historia en el club, es muy querido, muy recordado, y al final uno siente una pequeña presión por llevar ese dorsal", explicó Giménez.
El defensor uruguayo destacó a su compatriota como uno de sus principales mentores en el vestuario rojiblanco y de la selección celeste. "Fue una de las personas que me ayudó a nivel futbolístico, aprendí muchísimo de él", recordó en un vídeo ofrecido por el Atlético.
Giménez llegó al Atlético muy joven. Contaba apenas 18 años cuando se anunció su fichaje por el Atlético, el 24 de abril de 2013, procedente del Danubio uruguayo. Fue presentado tres meses después en el Vicente Calderón, donde dijo que con tal de venir al Atlético no le importaba "no tener vacaciones", al haber encadenado el Mundial sub'20 en que fue subcampeón con la pretemporada.
"Fue uno de los días más bonitos de mi vida, un día tan esperado, poder salir del país de uno para ir a Europa es el sueño de todo jugador de fútbol sudamericano y a mí se me estaba cumpliendo. Fue tocar el cielo de las manos", recordó sobre aquel día.
Su debut fue el 14 de septiembre de 2013, contra el Almería en el Calderón (4-2). Tres días antes había debutado con la selección uruguaya ante Colombia (2-0) en un partido de las eliminatorias para el Mundial de Brasil 2014. "Fue una semana redonda para mí, y el debut es un recuerdo que tengo guardado en mi corazón, la primera vez que pisaba cancha europea", explicó.
Una de las cosas que más le sorprendió fue el empuje de la grada del antiguo estadio a la vera del río Manzanares. "Cuando llego al Calderón, me encuentro con esa grada, esa gente, ese aliento... Me hizo recordar mucho a Sudamérica, y visitando a otras canchas me di cuenta de que la afición del Atlético era diferente", recordó.
Giménez no participó mucho en su primera temporada -solo un partido de Liga, el de su debut contra el Almería, y dos en la Copa del Rey en la eliminatoria de dieciseisavos contra el Sant Andreu-, en la que era el cuarto central tras Godín, el brasileño Joao Miranda y el belga Toby Alderweireld, pero sí tiene en la memoria el partido en el Camp Nou en el que el Atlético ganó la Liga.
"Estaba en la tribuna porque no fui convocado, con Manqui (Javier Manquillo), Cebolla (Cristian Rodríguez) e (Emiliano) Insúa, mirándolo expectantes, y cuando termina salto a la cancha desde la tribuna, y recuerdo que me cogió uno de seguridad, me quería agarrar y yo seguía corriendo para festejar y celebrar", relató.
Pese a los pocos minutos en esa campaña, Giménez describió esa plantilla como "una familia". "Era un equipo con mucha experiencia, con jugadores de jerarquía, muchos años de carrera. Ese año me acuerdo de que Miranda y Godín hicieron un año increíble, fue admirable totalmente. Y recuerdo que mirándolos aprendía muchísimo. Fui aprendiendo muchas cosas de lo que quería el entrenador", dijo.
Su primer gol en el Atleti
El defensor charrúa también rememoró su primer gol de rojiblanco, el 6 de diciembre de 2014 al Elche en el Martínez Valero (0-2) -"No sabía ni cómo celebrarlo, hice tantos gestos que no sé que hice", recordó- y la despedida del estadio Vicente Calderón en mayo de 2017, un día que aseguró que "no olvidará jamás".
El central uruguayo acumula a sus 24 años cuatro títulos (la Liga de 2014, la Supercopa de España de ese año, la Liga Europa de 2018 y la Supercopa Europea posterior), aunque la Liga Europa de 2018 es para él más especial por haber participado más activamente en ella, jugando todos los partidos excepto los cuartos de final.
"Era el primer título que yo ganaba compitiéndolo, si fue importante la Liga, no me sentí tan adentro como esa Europa League, porque habíamos quedado eliminados de Champions, se nos estaba criticando muchísimo, el equipo salió adelante con la unión que tenía, que tiene, y la verdad es que fue un recuerdo muy bonito", explicó.
La final de Lyon
Sobre la final ganada al Olympique de Marsella en Lyon recordó que pasó "muchos nervios los días previos" pero fue "lo más bonito que puede pasar".
Meses después ganó la Supercopa de Europa ante el Real Madrid (2-4), participando en los últimos diez minutos de la prórroga. "Me tocó entrar un par de minutos con las ganas de jugar 120 para ayudar a mis compañeros a ganar el título que tanto deseábamos y la verdad es que es otro título muy importante", explicó.
Uno de los tres capitanes
Actualmente es uno de los capitanes del club, junto a Koke Resurrección, Saúl Ñíguez y el portero esloveno Jan Oblak.
"Llegué muy chico, muy joven, y tener el estatus de capitán para mí es muy importante, no solo para mí sino para la familia. Por suerte tenemos un grupo que tiene muchísimos líderes, muchísimos capitanes sin cita y eso ayuda muchísimo a que sea más fácil", consideró Giménez.
La afición colchonera
El zaguero uruguayo recordó las veces que ha sentido el empuje de la afición en el estadio Wanda Metropolitano -como en el gol que hizo al Juventus en la ida de octavos de la Liga de Campeones 2018-19, en la que sintió "que vibraba el estadio"- y aseguró que ese aliento "se extraña muchísimo y se necesita muchísimo" en el contexto actual de estadios vacíos por la pandemia
"Al aficionado agradecerle por estar en los momentos cuando uno más lo necesita, no solo en los partidos, agradecerle la paciencia, transmitirle que cuando a uno le toque estar en la cancha es un atlético más y va a jugar como jugaría cualquier hincha. Y que el Atlético es mi casa y la voy a defender como lo que es, mi casa", finalizó.