Antoine Griezmanndisputó los 97 minutos de Turín, pero pasó absolutamente inadvertido.
Fue el jugador que menos pases recibió exceptuando al portero, a los dos defensores centrales y a los dos sustitutos que entraron en la segunda mitad: solo 15 entregas, la mayoría de su compañero Álvaro Morata.
Griezmann es el líder indiscutible del equipo, y en la noche clave apenas se le pudo ver en la primera mitad, cuando condujo un contraataque rojiblanco con aún el 0-0 en el marcador en el que supo detener la jugada y provocar un ataque más pausado que acabó en un disparo alto de Koke Resurrección.
Poco bagaje para un campeón mundial que debía ser el faro rojiblanco en una noche clave.