Zlatan Ibrahimovic volvió a vestirse de corto tras más de nueve meses de ausencia, 280 días desde su última aparición en Serie A, en la victoria del Milan frente al Atalanta (2-0), sumándose al buen momento de un equipo que ha dejado atrás una profunda crisis de juego que casi acaba con su temporada.
Lo que hace apenas dos semanas era todo negro, es hoy de colores en el ambiente rossonero. Y es que desde la victoria ante el Torino en Serie A que acabó con una racha de siete partidos sin ganar, el Milan consiguió en el momento clave darle la vuelta a la complicada situación que vivía.
Recuperó la mejor versión de sí mismo, volvió a parecerse a aquel Milan que hace menos de un año levantó el Scudetto, ganó al Tottenham en Liga de Campeones y esta tarde aprovechó el pinchazo del Inter para empatarle a puntos en la segunda posición tras un sólido partido que no hizo sino confirmar el buen momento del equipo.