Imprudencias en el mundo del deporte con el coronavirus
Imprudencia o temeridad el torneo que organizó Novak Djokovic y que ya ha contagiado de coronavirus a diez tenistas, familiares y agentes.
Así lo definen en Argentina. Una noticia que ha dado la vuelta al mundo. Igual que lo hizo la barbacoa de Jovic y la fiesta de los jugadores del Sevilla FC. Malos ejemplos como el Neymar y su fiesta particular de la semana pasada en Saint Tropez.
Comportamientos individuales que sonrojan y colectivos que dan miedo, En el derbi sevillano, el estadio Sánchez Pizjuán estaba vacío y controlado, pero los bares de alrededor estaban a tope y que festejaron el triunfo sevillista ante el Betis.
Una celebración peligrosa pero modesta si la comparamos con la de los aficionados del Nápoles tras ganar la Copa de Italia ante el Juventus. O la fiesta de los aficionados del Apoel de Tel Aviv tras ganar al eterno rival.
Lo de estadios a puerta cerrada suena lejano en algunas latitudes. Normalidad absoluta en el derbi de Belgrado como si nada hubiese pasado. Algo similar sucedió en Vietnam. Muchas medidas de prevención en la entrada al estadio, pero dentro muy poco.
En la liga danesa rizaron el rizo. Pocos aficionados, pero todos apelotonados en la misma zona del estadio. Lo dicho. Imprudencia. Temeridad.
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