Se llama Iraide Rodríguez. Tiene diez años. Nació con una lesión medular, pero es uno de los mayores talentos del deporte madrileño. Os invitamos a sumergirse en un mundo sin barreras, sin límites.
Empezó con la natación y después han venido atletismo, tenis, fútbol, handbike, monta a caballo, hace escalada y compite en esquí, donde muestra condiciones para ser una gran campeona en unos futuros Juegos Olímpicos en Invierno.
"Adrenalina y velocidad, no te tienes que preocupar por nada, solamente disfrutar de la bajada y pasarlo bien, y si te caes, te levantas. Si de verdad te apasiona lo que haces, no hay obstáculos que te lo impidan", señala esta joven de Guadarrama.
Su motor es la pasión. Iraide contagia ganas de vivir, felicidad. Su meta no son las medallas o los trofeos, su mayor tesoro es el Premio Superación de la Discapacidad que le entregó la reina Sofía.
Su familia pensó que el deporte era la mejor herramienta para su rehabilitación, lo demás lo puso Iraide con su tesón. "Le estamos inculcando los valores del deporte y la competición, no le gusta perder ni a las chapas; pero aunque pierda, está feliz porque lo ha conseguido", quien así habla es su padre, Moisés Rodríguez.
Iraide comparte sus experiencia en conferencias. En los estudios también es una campeona. De mayor quiere ser cirujana. A su día le faltan horas, pero su historia es el mejor ejemplo de que las únicas barreras son las mentales.