Solo ellos sabrán lo que ocurrió en el Barcelona para su distanciamiento. Ninguno lo quiso desvelar y probablemente nunca lo harán.
Un abrazo con sonrisas cómplices en el reencuentro enterró cualquier problema del pasado entre Jordi Alba y Luis Enrique Martínez, que recurre al lateral en un momento clave.
Alba es querido dentro y los pesos pesados interpretaron que aún tiene mucho que dar a la selección española uno de los supervivientes de la época dorada.
66 internacionalidades a sus 29 años. Dueño de la banda, sin competencia en las dos últimas grandes competiciones en las que España no mantuvo su nivel.
Ni llamadas ni perdones
Luis Enrique siempre negó un conflicto personal el seleccionador con Jordi, pero el rendimiento deportivo del jugador apuntaba a un conflicto sin solucionar del pasado. No hubo llamadas ni perdones.
Luis Enrique cambió de opinión porque necesita al jugador en Zagreb y Jordi Alba regresa directamente como uno de los tres capitanes.
Así llegó el día del reencuentro, escenificado con un abrazo en el saludo, acompañado de sonrisas de complicidad y un golpe en la espalda. Era la bienvenida de Luis Enrique.
El mensaje que se difundió desde los medios de la selección española para mostrar que el fútbol y un objetivo común tiene prioridad a cualquier detalle que pueda desviar el foco.