No es la primera vez que Luis Suárez se enfada por un cambio de Diego Pablo Simeone. Antes del episodio de Sevilla, el delantero charrúa ya se fue muy caliente del campo el día del Chelsea.
Porque Suárez es de sangre caliente. Y es de lo que nunca abandona una pelea hasta que suena la campana. Y en esa lucha, sus goles son imprescindibles para que el Atlético no hinque la rodilla. Una de las claves de la mala racha rojiblanca es la mala racha del pistolero. ya son siete partidos de forma consecutiva sin marcar.
Y lo peor es que en todo este tiempo solo ha rematado a portería tres veces. El año pasado a estas alturas había marcado once goles por los ocho de esta campaña, pero en el vestuario rojiblanco nadie discute su jerarquía.
En este curso suma seis suplencias, los problemas físicos tampoco ayudan y Luis Suárez necesita recuperar su mejor condición para volver a desequilibrar en el área. De su pegada depende en gran medida que este Atleti remonte el vuelo