No se siente tratado como una estrella, pero no puede salir de París, como le ocurre a Verrati, Cavani y Neymar
Redacción
Kylian Mbappé comparte una cárcel de oro con Neymar, Cavani y Verrati. El París Saint Germanin es una especie de prisión dorada, donde los propietarios cataríes del club no dejan salir con facilidad a sus futbolistas.
La capacidad de presión de los futbolistas parisinos se ve mermada en un país donde no hay cláusulas de rescisión y en una entidad que se muestra fuerte ante ellos.
En esa cárcel de oro se encuentra Mbappé no se siente tratado como una estrella en el París Saint-Germain y multiplica los signos que muestran que, a sus 21 años, necesita un estatus superior al que ahora tiene en el equipo francés.
La última señal de alarma la envió el pasado sábado, cuando, tras ser reemplazado por el entrenador, Thomas Tuchel, en el minuto 69 del duelo contra el Montpellier, mantuvo un cara a cara con el técnico que ha tensado al club.
Mbappé vive en la contradicción de dos mensajes. Mientras la dirección le hace ver que él es el eje central del proyecto, en el día a día es tratado como uno más, sin los favores que gozan otras de las estrellas del equipo.
Una sensación que no es nueva y que el atacante no quiere ocultar tras su juventud. Sobre todo porque a dos años y medio del final de su contrato con el PSG y en plenas negociaciones de renovación, sabe que se encuentra en un momento clave de su carrera deportiva.