El técnico del Girona, Míchel Sánchez, admitió que ganar en el Bernabéu sería "muy bonito, espectacular, hacer historia, muy especial a nivel mundial porque el equipo estaría en boca de todo el mundo", pero que, a pesar de colocarse líder, el Girona no sería candidato al título.
"Aún no. Aún no. Porque aún quedarán catorce jornadas y el Real Madrid y el Barça ganarán muchos partidos", argumentó en rueda de prensa Míchel quien considera que, en cualquier caso, "ir al Bernabéu en la jornada 24 a luchar por el liderato es un sueño para el Girona".
En este sentido, destacó que el equipo está cuajando una temporada "brutal", de un nivel "altísimo", y que quiere "acabar haciendo historia de verdad", pero insistió en la necesidad de mantener "la humildad y los pies en el suelo" y de ir "partido a partido".
El técnico madrileño también recalcó que su equipo no está hecho para ganar LaLiga, a diferencia del Madrid, el Barcelona y el Atlético, y que el objetivo del equipo "es luchar por Europa".
"Para luchar por LaLiga hacen falta 85 o 90 puntos. Son muchos puntos. El Madrid y el Barça lo pueden hacer y el Atlético lo ha hecho. Para el Girona sería derribar muchas barreras y no creo que sea justo tener esta exigencia", afirmó el técnico del conjunto gerundense.
Del Real Madrid dijo que "es el gran favorito" y un rival "complicadísimo", con "un plantillón" y "un entrenador con muchísima experiencia que conoce a la perfección a su equipo", en referencia Carlo Ancelotti.
"La clave parar vencerles es que ellos estén por debajo de su nivel y hacer un partido perfecto", argumentó Míchel tras reconocer que el Girona necesitará saber sufrir.
El equipo ha preparado el partido "con normalidad" y con la duda de Artem Dovbyk, pichichi junto a Jude Bellingham y Borja Mayoral (14).
Míchel reveló que no ha trabajado con sus compañeros durante la semana, pero su sensación es que estará disponible. También aseguró que su sanción de dos partidos por la expulsión contra la Real Sociedad "es desproporcionada", pero que la acepta y que no tiene "miedo" al arbitraje del Bernabéu.