Vídeo: Efe | Foto:Telemadrid
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Rafa Nadal, ganador de 19 torneos de Grand Slam, con 84 títulos ATP, doble oro olímpico -individual, en los Juegos de Pekín'08; y de dobles en los de Rio'16, Brasil- y cinco veces ganador de la Copa Davis; es, sin duda, una de las más importantes figuras de la historia del tenis.

En una entrevista que tuvo lugar en Kuwait durante la inauguración este miércoles de la Rafa Nadal Academy en ese país de Oriente Medio -la primera fuera de España-, el astro mallorquín comenta lo acontecido en el último Grand Slam, el Abierto de Australia. Pero también diversos aspectos personales en lo que a su estatus de modelo a seguir se refiere, entre ellos lo que él denomina su "derecho a opinar, como cualquier otro ciudadano".

Su figura trasciende no sólo al tenis; trasciende al deporte. Es un ídolo, un modelo a seguir. Imagino que para usted esto será un motivo de orgullo, pero ¿no le gustaría tener más tiempo para la intimidad y que, a veces, no lo conocieran? ¿Cómo se asume todo esto?

Bueno, casi desde muy jovencito llevo conviviendo con todas estas cosas. Y no creo que esté en condiciones de poder decir que me gustaría o no otra cosa. Soy un súper-afortunado de la vida por todas las cosas que me pasan y que me han pasado. Y tengo la suerte de tener gente alrededor que me ayuda y que me ha ayudado a lo largo de este camino. Empezando por la familia y siguiendo por todo mi equipo.

Soy consciente de que lo que me toca vivir, o lo que he tenido la suerte de vivir todos estos años, no es eterno. Y que el momento de volver a vivir una vida 'normal' cada vez está más cerca; como es lógico, por el hecho de la edad y porque la vida deportiva de una persona tiene su principio y su final.

Aunque estoy feliz y con ilusión de seguir, soy consciente de que tengo 33 años y medio; y no es lo mismo que cuando tienes 21 o 22 y sabes que tienes toda la vida deportiva por delante. Quede lo que quede, intentaremos disfrutar al máximo de ello. E intentaremos alargar lo máximo posible estos momentos inolvidables y estas experiencias que gracias al tenis hemos podido disfrutar.

A principios de siglo, cuando la Fórmula Uno se disputaba aún en Indianápolis, por ejemplo, (el alemán) Michael Schumacher decía que estaba encantado de competir en Estados Unidos porque podía ir a cenar a un restaurante y no lo conocía nadie. ¿Hay algún sitio en el mundo en el que no le conozcan a usted?

El tenis es un deporte muy global. Puede que haya lugares en los que sea más conocido que en otros, pero a todos los lugares a los que voy siempre hay gente que te conoce.

También te hace ilusión. Igual estás perdido en una isla de Bahamas y que te reconozcan es algo que te hace gracia, más que otra cosa (ríe). La verdad, como todo en la vida, es que hay veces que a lo mejor estás cansado; y te gustaría ser una persona anónima, en algún momento dado. Pero inmediatamente, al menos a mí, cuando me viene a la mente ese pensamiento; intento pensar que sería muy injusto plantearme todo eso, con todas las cosas buenas que tengo.

Con todo el derecho del mundo a hacerlo, el hecho de ser tan conocido ¿le obliga a tener que callarse algunas cosas, a veces?

Evidentemente, sí. Pero hay veces que, por ser un deportista conocido, hay gente que no le gusta que opines de otras cosas, fuera del ámbito deportivo.

Yo tengo una teoría: uno es deportista; y otro es, por ejemplo, informático; u otra cosa. Pero por ser deportista y conocido, no creo que se pierda el derecho, como ciudadano español, o como ciudadano del mundo, a opinar de según qué tipo de conflictos. Sociales o de cualquier otro ámbito.

Cuando eres un deportista y opinas, a lo mejor, de política, cosa que yo no he hecho, no es mi caso, no porque no me interese, sino porque -por lo que tú me preguntas- no creo que sea en ningún caso conveniente; hay gente que quizás no comulgue con tus opiniones y diga este deportista, ¿qué sabrá de esto'. Pues no sé ni más, ni menos que cualquier otra persona que pueda estar interesada en lo que ocurre en nuestro país, o en el mundo en general; y que no se dedique exclusivamente a la política.

Según lo visto en Australia, la 'Next Gen' sigue llamando con fuerza, pero el 'Big 3' (los tres grandes: el suizo Roger Federer, el serbio Novak Djokovic y él) se resiste. ¿Usted se identifica con la idea del 'Big 3' o le da igual, al ser un deporte individual? ¿O hubiese preferido una victoria en Australia de (el austriaco Dominik) Thiem, para mantener el número uno mundial?

Evidentemente, sí (hubiese preferido la victoria de Thiem). Uno no tiene que ser hipócrita, ¿no? A mí personalmente me hubiera venido mejor que ganara Thiem. Pero, para ser sincero, he dormido exactamente igual de bien los dos últimos días: en ese aspecto da igual si hubiera ganado Dominik o si ha ganado Novak (Djokovic). Es parte de nuestro deporte.

A Novak este torneo se le da especialmente bien. Y ahora mismo es, a día de hoy, el mejor jugador del mundo. Así lo dicen los números. Y lo único que se puede hacer es felicitarle por otro gran éxito.

Obviamente, la Next Gen hay muchos jugadores buenos, jóvenes; y en semifinales ha habido uno, que es (el alemán Alexander) Zverev, porque a Thiem ya no se le puede considerar Next Gen.

¿Ya no? ¿No lo asumen ahí?

Bueno, es que ya tiene 26 años (ríe). No tiene 20, ni 21. y evidentemente, hay muchos jugadores buenos que están a un nivel alto y que van a tener sus posibilidades en los próximos meses.