Peleteiro explica su ruptura con Pedroso y su vuelta a Galicia
Argumenta "falta de motivación" y "exceso de rutina y que "mi corazón me pedía volver a mi refugio"
"Cumplo el sueño de volver a Ribeira y mi entrenador será Benjamin Compaoré (su marido)"
Ana Peleteiro, campeona de Europa de triple salto, desveló que la decisión de cambiar de entrenador y dejar el grupo de trabajo que dirige Iván Pedroso se debe a la necesidad de "cumplir un sueño" y "conciliar" la vida familiar con su hija y su marido, Benjamin Compaoré, que ahora será su técnico, desde Ribeira, la localidad gallega a la que se mudarán y en la que vivirá y entrenará.
La atleta española anunció la pasada semana que había decidido cambiar de entrenador y separar su camino profesional del de Iván Pedroso en Guadalajara. La razón principal es "regresar a casa" después de trece años fuera y volver a Ribeira, lugar donde quiere criar a su hija Lúa.
"Mi relación con Iván está en perfecto estado. Después de todo esto, viendo el apoyo que me ha dado y la comprensión que ha tenido, si estaba rallada, se ha ido todo. Me dijo que acabamos de trabajar juntos pero que la relación de amistad será eterna".
"Me dijo 'eres una luchadora y seguro que este cambio lo vas a aprovechar'. Que una persona como él, que ha sido campeón de todo, no tenga ningún tipo de egos y sea tan honesto conmigo y lo comparta dice mucho. Mi miedo era recibir un rechazo suyo porque mi relación personal con él era más valiosa que la deportiva, pero no ha habido nada de eso", dijo Peleteiro, en conferencia de prensa.
"Mi relación con mi grupo está mejor que nunca. Me ha costado aceptar que ya no podía ir a los mismos planes que antes de ser madre. Se han quedado bastante tristes. Da pena separar caminos, pero en los campeonatos seguiremos juntos", comentó la atleta gallega, que desveló que la campeona mundial, la venezolana Yulimar Rojas, también del grupo de Guadalajara, se ha quedado "abatida".
"Yuli no se lo esperaba porque como ha estado fuera del grupo unos meses, no sabía como me sentía. He aprendido mucho de ella", declaró.
Lo lleva pensando desde 2022
Ana Peleteiro desveló que esta decisión la venía barajando desde que dio a luz en diciembre de 2022. "Me vi sola en Guadalajara, con Benjamin, teniendo que hacer mil maniobras para trabajar y la maternidad lejos de casa está siendo más complicada. Este tiempo he ido despistando el sentimiento con el trabajo de mi entrenador mental para que no me afectara".
"Me fui triste de los Juegos Olímpicos de París. Estaba en buen estado, pero no salía lo que quería. Esa noche de los Juegos, como estaba triste, explotaron las emociones, y me puse a meditar por qué no salió mi mejor versión aun estando bien. A las cuatro o cinco de la mañana llamé a Gabriela, mi representante de redes sociales. Me dijo que conociéndome, cuando exteriorizaba algo, era porque la decisión estaba tomada", comentó.
"Me cuesta mucho tomar decisiones, pero cuando la tomo voy directa. Lo hablé con mi familia, con mi primo más mayor y con Benjamin. Todo el mundo me entendió y cuando expresé las razones me apoyaron. Como soy temperamental y estaba triste dije que iba a dejar pasar un mes. Llevo muchos años sin vivir en Ribeira y analicé lo que necesitaba", señaló.
"Fue un mes duro de tanto odio a través de las redes sociales, en el cual me han juzgado tanto, que en Ribeira me sentí protegida. Cada día me fui sintiendo más a gusto y así es como se ha dado la vuelta. Fue un proceso largo, pero también estoy orgullosa de cómo lo he ido ejecutando", señaló.
Ana Peleteiro dejó "claro" que la decisión de este cambio de rumbo y de vida es "personal" y que entre sus objetivos está el de "crear un grupo de trabajo de alto nivel, pero empezando por la base".
"La maternidad es una materia complicada y compleja, sobre todo cuando estas lejos de la familia. Conciliar es complejo y más cuando viajas y tienes horarios locos. Yo veo crecer a Lúa en un ambiente que cuando soñaba con ser madre no era lo que quería. Yo soñaba con ver a mi hija en un ambiente parecido al que tuve de pequeña y aquí no lo tenía. Eso día a día me iba entristeciendo. Cuando quería despistar el sentimiento estaba dentro de mi y cada día me pesaba un poco más", desveló.
"Después de trece años fuera, mi corazón me pedía volver a mi refugio, que es Galicia, y ahora mi entrenador será Benjamin, mi marido y compañero de vida. Ha sido un proyecto que se lo he ofrecido a él. Lo quiero dejar claro. En ningún momento me lo ha ofrecido él a mi. Yo quería evitar lo personal con lo profesional y se lo expuse después de París", comentó.
"Los Juegos, para los deportistas, te dejan un vacío enorme y hay un periodo de calma y de pensar en lo que quieres hacer de cara al siguiente ciclo. Cuando hablé con él también necesitó pensarlo y valorar que aquel proyecto era lo adecuado y mejor para nuestra familia", manifestó Ana Peleteiro, que elogió las virtudes de su compañero como entrenador.
"Lleva años compaginando ser atleta y entrenador. Aunque el deporte solo reluce cuando ganamos títulos y rompemos récords, el atletismo es mucho más que eso. Puedes ser un gran entrenador, pero no siempre te pueden llegar grandes talentos con ganas de conquistar cosas".
Confianza en su marido como entrenador
"Yo en 2016 no tenía ganas de conquistar nada y, a partir de estar con Iván, se me vio con otras ganas. Benjamin es muy dedicado y tiene una visión del triple salto parecida a la mía y a la de Iván. Desde que lo vi en su faceta de entrenador me inspiró confianza y curiosidad", subrayó.
"Mi cuerpo y mi cabeza me piden cosas nuevas. Llevo haciendo atletismo desde los cinco años, triple salto desde los doce y con Iván ocho años. Cuando te sabes los entrenamientos de lunes a sábado de memoria hay veces que tu cabeza te pide algo nuevo. El deportista no es solo una maquina, sino que también tiene un factor mental que se puede ver afectado por esa rutina", apuntó.
"Tengo ganas de mejorar aspectos técnicos que en los últimos años no ha podido ser por diversas razones. Antes de Tokio conseguí mejorar algo mi técnica, un detalle pequeño, gracias a Teddy Tamgho. Fue una corrección que Iván me la llevaba intentando explicar y no había fluido", señaló.
"Esta decisión entiendo que provoque dudas y desconfianza porque mi dúo con Iván funciona, es evidente. Me lo tomo como que la gente quiere seguir viéndome ganar y eso es el mejor regalo que me pueden hacer. Estoy motivada para entrenar con mi grupo de entrenamiento. Representar a España es el regalo más grande y es el momento en el que siento más honor. Seguiré luchando para seguir haciéndolo", manifestó.
"Lo que quiero dejar claro es que no me voy a París ni voy a estar a caballo entre las dos ciudades. Si ando a caballo entre dos ciudades será entre Ribeira y Madrid. Solo acudiré a París a recoger a las hijos de mi marido, pero ese viaje lo suele hacer él. Tampoco, en ningún momento, he hablado con la federación francesa para entrenar allí. No sé ni con quién hay que hablar para eso. Vuelvo a casa y esta decisión es para mejorar y alcanzar de una vez los quince metros", concluyó.
Ana Peleteiro-Iván Pedroso, ocho años de éxitos más allá del deporte
A sus 28 años, Ana Peleteiro afronta uno de los saltos más arriesgados de su carrera. Deja de entrenar con el cubano Iván Pedroso, el artífice de sus principales éxitos, y con el grupo de Guadalajara, que incluye a Jordan Díaz o la venezolana Yulimar Rojas, junto a los que ha crecido profesionalmente como atleta y como una deportista cuya figura traspasa los límites de la propia pista.
Peleteiro (Ribeira, Galicia; 1995) es una de las mejores atletas españolas de la historia y su palmarés así lo refleja con dos medallas de bronce mundiales en pista cubierta (2018 y 2024), un oro europeo al aire libre (2024) y bajo techo (2019) o un bronce olímpico en Tokio (2021).
Todos esos éxitos los ha vivido Ana Peleteiro junto a Iván Pedroso, que tiene un imán para atraer talento y hacer crecer a sus deportistas hasta límites insospechados, como ha hecho con la gran mayoría del grupo de Guadalajara que dirige en el polideportivo Fuente de la Niña y que no deja de coleccionar medallas internacionales, empezando por Yulimar Rojas, que posee un oro (Tokio 2020) y una plata olímpica (Río de Janeiro 2016), cuatro mundiales al aire libre, tres mundiales en pista cubierta y dos Ligas Diamante.
Yulimar, abatida
Precisamente Yulimar, la gran campeona mundial del triple salto, es su amiga y una de las personas que más la ha ayudado para seguir superándose pese a ser una dura rival en las pistas por el mismo objetivo común. De hecho, la amistad que las une, la ha dejado "abatida" al conocer la noticia, según dijo la gallega.
Ana Peleteiro comenzó su relación profesional con Iván Pedroso hace ocho años, en un momento clave de su carrera hacía el profesionalismo tras ir acumulando medallas y títulos en categorías inferiores. Con el cubano de mentor, la gallega, que entrenaba en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid, fue escalando peldaño a peldaño pequeños hitos sin perder la perspectiva. Su objetivo estaba claro, ser una de las habituales en los podios internacionales.
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