El Real Madrid se plantea rescindir el año de contrato que le queda a Gareth Bale. El jugador galés, tras el brexit, ocupa plaza de extracomunitario, al igual que los brasileños Vinicius, Rodrygo y Militao. Sólo puede haber tres, por lo que sobra uno.
Todo es incierto en torno a la figura de Gareth Bale. Nadie en el Real Madrid se atreve a asegurar lo que deparará su regreso al club con un año aún por cumplir de su contrato, sin intención de volver a pagar parte de su ficha en una última cesión y con la esperanza de que uno de los técnicos que más exprimió su fútbol, Carlo Ancelotti, pueda obrar el milagro.
Bale cumple 32 años con su futuro en el mundo del fútbol por definir. Escuchando con fuerza rumores de retirada en un momento en el que la crisis profundizada por la pandemia estira carreras, en el que el mayor cuidado del futbolista impulsa retiradas cada vez más tardías.
La media de edad del jugador en el fútbol español se ha incrementado ostensiblemente en los dos últimos cursos. Para ello es clave la ilusión. Y el galés la perdió, al menos en el Real Madrid, hace tiempo.
Solo un reencuentro con Ancelotti hace albergar alguna esperanza para que Bale termine su irregular andadura por el Real Madrid con dignidad deportiva.
Figura que apareció en numerosos éxitos del pasado, decisivo en finales como la Copa del Rey de 2014, ante el Barcelona, con una carrera para la historia en su primera temporada, o sus tantos en las finales de Liga de Campeones a Atlético de Madrid y la icónica chilena al Liverpool en Kiev.
Las salidas para Bale se reducen. La expectación que levantaba por sus inicios en el Tottenham, ha desaparecido tras su año de cesión. Solo queda la vía exótica, una salida al fútbol asiático o el retiro americano como gran estrella europea. Todos los caminos apuntan a cumplir su último año de blanco salvo un giro inesperado en estos momentos dentro del Real Madrid.