Vídeo: Redacción / Efe | Foto:Telemadrid
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Sin apenas experiencia como piloto de coches, Sergio Paulet ganó en el circuito italiano de Monza la última prueba de la Ferrari Challenge Trofeo Pirelli, una hazaña que le ha valido para cumplir un sueño y derribar la puerta del automovilismo.

10 de septiembre de 2020. Esa es la fecha marcada en rojo por Sergio Paulet (Boadilla del Monte, 1992) porque ese día fue la primera vez que se subió a un coche de carreras para participar en los test de la Copa Cooper.

El talento innato del increible Sergio Paulet

En el circuito de Alcañiz, en Teruel, con un casco y un mono prestados, el joven piloto madrileño sorprendió a todos al realizar el segundo mejor tiempo, solo superado por José Manuel de los Milagros, piloto oficial BMW M.

"No tenía ninguna referencia mía y nada más verme correr me dijo que le sorprendía que nunca me hubiese subido a un coche de carreras. Para mí, es una persona muy importante. Me llevo muy bien con él, me ayuda muchísimo, no solo a nivel deportivo, sino que es prácticamente mi psicólogo", declara Paulet.

En solo siete meses, la progresión de Sergio Paulet, un amante del motor al que le gustaba ir a algún track day como simple afición, ha sido meteórica. Tras la Copa Cooper fue a la prestigiosa Coppa Fiorio en Sicilia, después a Mugello (Italia) para disputar la última carrera de las 24H Series, que ganó, y también participó en el Campeonato de España de resistencia al volante de un Ferrari 488 Evo de 670cv.

La sorprendente historia del piloto madrileño Sergio Paulet

Dónde ha deslumbrado a todos es en el circuito italiano de Monza, en la prueba de la Ferrari Challenge Trofeo Pirelli, en la que no había un español desde 2008 y en la que debutó con victoria, pese a que en la clasificación oficial realizó un tiempo discreto siendo décimo, quinto de su categoría.

"Todo lo que me está pasando está siendo increíble", confiesa Paulet, que asegura que lo que más le está gustando es "lo que te ayuda la gente, incluidos otros pilotos".

"Me ha escrito mucha gente felicitándome y ayudándome y todo eso te ayuda a encontrar tu camino en un deporte que parece bastante individualista. Un ejemplo es que en la última carrera, cuando salí del coche, el piloto que me había dado un toque me pidió disculpas. Es un deporte muy agresivo, siempre habrá toques, pero la gente lo sabe reconocer y hay un buen ambiente", apunta Paulet.

Sergio Paulet trabaja como administrativo internacional en una empresa óptica. Ahora compatibiliza su trabajo con esta nueva vida deportiva.