Vídeo: Redacción | Foto:Telemadrid
(Actualizado

Minuto 82 de partido entre el Vitesse y el Feyenoord. Los de Roterdam marcan el uno a dos. Poco después, un grupo de aficionados locales invaden el terreno de juego. El árbitro no tiene dudas. Los dos equipos al vestuario.

La Policía expulsa a los ultras y el árbitro decide reanudar el partido 20 minutos después. Este es el último incidente violento de un fin de semana en el que el racismo ha vuelto a ser protagonista en Europa.

El portero del Milan avisa al árbitro de los gestos ofensivos que está recibiendo desde la grada en el estadio del Udinese.

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Mañán aguanta estoicamente hasta que en el minuto 33 no puede más. El francés se retira arropado por sus compañeros y decide abandonar el campo.

Durante cinco minutos el partido se suspende hasta que el árbitro y los jugadores del Milan consiguen convencerle para volver y reanudar el encuentro.

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Algo muy similar sucedió en la segunda división inglesa. Estos gestos de dos aficionados del Shefield dirigidos a Palmer, futbolista negro del Coventry, han provocado una ola de solidaridad anti racista en Inglaterra.

El presidente de la FIFA ha vuelto a dejar claro que el racismo no se puede permitir y pide que se implemente ya una derrota automática para el equipo cuyos aficionados cometan este tipo de actos.