Así juega Mendy
Ferland Mendy (Meulan-en-Yvelines, 8-6-1995) ya es jugador del Real Madrid. El lateral izquierdo francés abandona Lyon rumbo al Santiago Bernabéu para convertirse en el nuevo lateral izquierdo a las órdenes de un Zidane que se ha adelantado a media Europa al hacerse con sus servicios.
Mendy, de padres senegaleses y guineanos, es el Marcelo francés cuanto se suma al ataque, pero el Alex Sandro o Chivu de la defensa.
El símil está servido, pues las condiciones físico-técnicas de Ferland Mendy y su vocación ofensiva le han permitido evolucionar hasta llegar a ser un lateral indescifrable contra muchos de sus rivales, por su variedad de movimientos en zonas interiores; imparable, por la electricidad que transmiten sus conducciones desde atrás, y un auténtico motor en el sistema ofensivo del conjunto lyonnais, así como un valor asegurado en defensa.
A diferencia de otros laterales de cariz ofensivo, los movimientos de Mendy siempre tienen dos direcciones: una exterior, ocupando el sitio del extremo cerca del córner; y otra interior, que le hace especial por su capacidad de romper hacia dentro y despistar a los centrocampistas rivales con carreras y aceleraciones frenéticas.
De niño, Mendy jugaba de delantero, luego pasó al extremo izquierdo y al final se convirtió en lateral. Su experiencia como atacante en el periodo formativo explica, en gran medida, sus destrezas y tendencias cada vez que supera la medular, que le han llevado a convertirse en uno de los jugadores más productivos de la Ligue-1.
Su constante participación en los últimos metros invita a pensar que, siendo defensa, esta irá acompañada de errores no forzados propios de su posición. Nada más lejos de la realidad, ya que Mendy también es partícipe de la elaboración y aporta un 84,5% de acierto en el pase a las posesiones de sus equipos, muchas veces en zonas más comunes para un centrocampista que para un defensa.
Este dato, combinado con el número de intervenciones en las que participa y de regates que completa por partido en la competición doméstica, le sitúan como uno de los laterales más productivos, en el plano ofensivo, de toda Europa: Mendy regatea con éxito hasta dos veces (1,9) por encuentro de media, un registro similar al de Kylian Mbappé (2,2) y superior al de talentosos jugadores como Depay, Cabella, Thauvin o Fekir.
La exuberancia física de Ferland le permite conducir con toques que alejan la pelota de su pie lo justo y necesario para atraer al rival en su afán por robárselo.
Una vez tendida la trampa, el lateral acelera a máxima potencia para, con un gesto sutil, adelantarse a la entrada y dejar atrás a su defensor, en una jugada típica que, en ocasiones, va hilvanando de forma consecutiva, llegando a recorrer todo el campo y superando a varios rivales.
Además, en todo el proceso, cuenta con una más que notable habilidad en su pierna no natural, la diestra, para ampliar el abanico de opciones del que dispone para tomar la mejor decisión.
Bastión defensivo
Por si fuera poco, Mendy no negocia en los esfuerzos defensivo cuando su sitio queda descubierto. Sirviéndose de su velocidad, siempre tiene la predisposición de recuperar el espacio perdido y evitar que su carril sea una vía de ataque para los rivales.
Su potencia también se antoja clave para imponerse en los duelos individuales y en el juego aéreo, ya que no es especialmente alto (1,80).
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