La cara oscura de Marcelo
Muestra sus dos caras
Marcelo es la alegría del vestuario, la eterna sonrisa y bromista. Le hemos oído cantar, le hemos visto bailar, hacer malabares con su hijo en el vestuario, rapar el pelo a Casemiro, remozar con harina a Danilo, celebrar victorias, tomarse selfies o tatuarse los títulos del Real Madrid.
Siempre feliz y siempre transmitiendo buen rollo. Un carácter luminoso que lleva al terreno de juego, donde lleva su alegría y descaro al ataque. Eso le convierte en fundamental para su equipo. Ha marcado 39 goles y repartido 90 asistencias en 13 temporadas como blanco
Pero con la Prensa su carácter cambia. Las preguntas incómodas y las críticas no le sientan bien. Ha protagonizado ya varios encontronazos con algunos periodistas.
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