"Pase lo que pase, la temporada del Getafe es de sobresaliente". Con esa frase José Bordalás resume la campaña que está realizando su equipo, pero lo que es cierto es que a falta de una jornada la derrota en el Camp Nou frente al Barcelona ha dejado cierto halo de tristeza al frenar sus aspiraciones de Liga de Campeones.
Desde el 23 de febrero, en la jornada 25, el Getafe había sido cuarto -salvo en la 32 cuando cayó al quinto puesto-, pero casi tres meses después, a falta de un partido para terminar el curso, el equipo madrileño se ha visto desbancado de esa posición.
En manos del Valladolid
La victoria del Valencia contra el Alavés le ha quitado esa plaza y ahora, en la última jornada, con ambos equipos empatados a 58 puntos, el Getafe para recuperarla tiene que vencer al Villarreal y esperar que el conjunto ché no gane su partido. Un empate, si el conjunto de Marcelino García Toral pierde, también le valdría.
La carambola se antoja complicada, y por eso las caras de los jugadores del Getafe a su vuelta del Camp Nou eran de resignación. Es cierto que han hecho historia con una temporada excelente, pero han acariciado la Liga de Campeones y ahora se les puede escapar en el último suspiro.
En cualquier caso, un paseo por Europa sí que se van a dar seguro la próxima temporada, algo que no hacían desde hace ocho años. Será la tercera vez que lo hagan.
Bordalás, clave
El artífice de este éxito ha sido José Bordalás, que cogió el equipo en septiembre de 2016 en puestos de descenso a Segunda B, lo subió a Primera, lo mantuvo y en su tercera campaña lo ha guiado hasta Europa. Además lo ha hecho con un sello reconocible de carácter y fiabilidad defensiva. Los números así lo reflejan, esta temporada es el segundo menos goleado de Primera (33 goles) solo superado por el Atlético (27).
Hace unos meses, nadie en el entorno del Getafe hubiera imaginado semejante éxito. El discurso público siempre ha sido de prudencia y hablando solo de la permanencia.
Además, el equipo de José Bordalás puede hacer aún más historia sumando solo un empate, puesto que el mejor registro numérico del club en Primera era de 58 puntos en la temporada 2009/2010, cuando finalizó sexto con Míchel de entrenador.