La reinserción del proyecto Alcatraz, el poder integrador del rugby
Desde 1796 ha habido caña de azúcar en la Hacienda Santa Teresa, localizada entre las verdes montañas de Revenga, en el valle venezolano de Aragua. Desde 1830, alambiques y ron.
Y, desde 2003, un campo de rugby que se ha convertido en el corazón del Proyecto Alcatraz, una iniciativa que ha logrado rescatar a 200 jóvenes de la criminalidad y desarticular 11 bandas, pero también reducir de 114 a 12 los homicidios por cada 100.000 habitantes en el área de Revenga y ofrecer nuevos horizontes a los más jóvenes.
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Alberto C. Vollmer es presidente ejecutivo de Ron Santa Teresa. Su historia comenzó en 2003 tras un asalto a la compañía donde casi matan a un guarda de seguridad. El jefe de seguridad capturó a uno de ellos y le propuso trabajar tres meses en la empresa para ‘pagar’ su pena.
Después capturaron a otro de ellos y el trato fue el mismo, así hasta 22 miembros de la misma banda. Decidió ocuparse de enseñarles a leer y a escribir y pensó en el rugby, un deporte que él había practicado en Francia y que era el que más se ajustaba.
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