Estas fueron las claves de la derrota del Real Madrid ante el Levante, en la novena jornada de LaLiga Santander en el estadio Santiago Bernabéu:
Fragilidad defensiva
El Real Madrid condicionó su partido por un nuevo inicio sin la mentalidad defensiva que exige un duelo de la elite. En trece minutos ya perdía 0-2 con dos zarpazos del Levante, sin encontrar la fórmula para frenar a José Luis Morales y mostrándose vulnerable ante cualquier acción del rival.
Un simple balón largo a la espalda del centro de la zaga provocó el primer tanto en un grave error de Varane. Una mano del francés, el segundo. Solo le habían llegado una vez a portería de Courtois y ya llevaba dos tantos que levantar.
El factor fortuna en contra
Nada de lo que intenta Julen Lopetegui da resultado. Parece gafado. Movió su equipo titular en busca de frescura ofensiva con Lucas Vázquez y Marco Asensio en bandas más el ímpetu de Mariano como 9. Realizó variantes tácticas durante el partido, quitando en el descanso a Odriozola y dejando la banda entera a Lucas como carrilero.
Pasando posteriormente a jugar con dos puntas juntando a Benzema y Mariano. Tres remates a los postes, dos goles anulados por el VAR, un portero que tuvo su gran día en el Santiago Bernabéu. Todo lo que se puede poner en contra del Real Madrid le está dando la espalda. Hace meses ganaba partidos con menos.
Ocho horas y un minuto sin marcar
La casta que le pusieron los jugadores madridistas para atacar en oleadas en fases del partido, no fue acompañada de acierto rematador. Hasta 34 remates y 12 de ellos a puerta, plasman la falta de eficacia. La sombra de Cristiano Ronaldo es muy alargada y el peso de asumir la responsabilidad del gol comienza a ser una losa que nadie asume.
El tanto que dejó la peor sequía liguera de la historia del club en 781 minutos, lo tuvo que hacer un lateral como Marcelo. Desde el tanto en el tiempo añadido ante el Roma de Mariano, ningún punta ha vuelto a marcar en seis partidos. Ha pasado más de un mes.
Un equipo partido y con jugadores justos de forma
El esfuerzo que requería remontar dos tantos a un rival como el Levante no estaba al alcance de varios jugadores que estuvieron en el campo. A Isco se le vio muy justo en lo físico tras un mes fuera; Marcelo acabó acalambrado y sigue lejos de un buen tono.
Bale entró condicionado con las molestias musculares que no se le van de su cabeza y el miedo a caer lesionado; Benzema fue de los que volvían el que más fresco se le vio y más desequilibró ante defensas que comenzaban a pagar el cansancio. El Real Madrid se partió muy pronto. A mediados del primer acto había cuatro jugadores que no cumplían en repliegue defensivo.
Ausencia de un líder
Las molestias musculares han frenado el liderazgo de Bale, que fue el jugador que con más personalidad dio el paso al frente en el inicio del curso. Cuando han venido mal dadas y con Isco de baja por apendicitis, nadie ha asumido la responsabilidad.
El malagueño acaba de regresar y le falta ritmo. Sergio Ramos anda lejos de tener regularidad y primero transmitir seguridad defensiva para poder dar más al equipo. Luka Modric va mejorando pero sigue sin llevar el peso del juego.
Y Marco Asensio se ha difuminado en los malos momentos. Lopetegui necesita un jugador al que todos acudan y tire del Real Madrid cuando un partido se tuerce.