Un palacio en Madrid más grande que el de Versalles
Tras el incendio que arrasó el alcázar real, Felipe V impulsó un proyecto para construir un palacio incluso más grande que el de Versalles. Una colosal obra que no llegó a realizarse
En la nochebuena de 1734, un incendio arrasó con el antiguo alcázar real de Madrid. Felipe V vio esta ocasión como una oportunidad para construir un palacio tal y como él lo imaginaba. Y es que el Real Alcázar estaba pensado de muros hacia dentro, lo que chocaba con las ideas del actual monarca, que buscaba mostrar y ensalzar el esplendor de la monarquía.
"Toda Europa tenía Versalles en la cabeza", nos cuenta José Luis Sancho Gaspar, investigador de Patrimonio Nacional. "Felipe V era un rey del siglo XVIII, muy preocupado por la gloria de la monarquía y, por lo tanto, de su propia gloria". De ahí que se pretendiera construir un monumental palacio.
El principal impulsor del proyecto fue el primer ministro Patiño. "Él no solo quería hacer un palacio impresionante, sino también colocar en toda la planta baja todos los ministerios". Para llevar a cabo esta colosal obra se llamó al mejor arquitecto de la época, Felipe Juvara.
La idea que se diseñó en un primer momento fue un ambicioso proyecto más grande que el del Palacio de Versalles. "Era un proyecto muy horizontal, de medio kilómetro de largo en cada fachada", explica José Luis. Sin embargo, tanto Patiño como Juvara murieron en 1736 y el proyecto recayó en manos de Juan Bautista Sachetti. Entre medias, los reyes cambiaron de idea y no vieron con malos ojos construir su nuevo palacio sobre los cimientos del antiguo alcázar.
Las obras fueron rápidas y tardaron menos de veinte años en completarse: el 6 de abril de 1738 se colocó la primera piedra y se acabó de construir en el 1755. Sin embargo, Felipe V murió antes de verlo terminar y no fue hasta Carlos III cuando se estrenó el palacio como residencia real.
Conforme fueron sucediéndose los reyes, cada uno fue añadiendo y quitando elementos según su gusto y la moda del momento. Carlos IV, por ejemplo, modificó la orientación de las escaleras para que condujeran directamente a su habitación. "El palacio es el sitio desde el que representas el poder. Cada sociedad cambia con cada generación y entonces es lógico que haya cambios".
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