Adoración Majali, superviviente de los atentados del 11M: "Es imposible olvidarlo. Recuerdo perfectamente todo lo que ocurrió aquel día".

Se cumplen 20 años desde aquel fatídico jueves en el que cuatro bombas estallaban en los trenes de la red de Cercanías dejando 193 víctimas mortales y más de 2.000 heridos.

Adoración Majali, Dori, estaba en el vagón de la calle Téllez es una de las miles de personas cuyas vidas cambiaron radicalmente hoy numero.

Hablar sobre aquel día para ella "es terapia" porque considera que "probablemente a alguien que me escuche le pueda servir de algo el testimonio que yo doy".

Ver las imágenes de aquel día es algo completamente diferente, más doloroso, "solamente el ver el tren de la calle Téllez, que además es en el que yo iba, siempre resuena y remueve" . Concluye que es una reacción que "no se puede evitar".

No le hace falta verlas, porque añade que recuerda todo "desde que me levanté: iba a un nuevo trabajo que acababa de comenzar el día 9 de Marzo, era mi tercer día". Por eso no olvida "la ilusión con la que llegué a la estación".

No cogió un tren anterior que venía de Guadalajara porque "iba lleno de gente y como iba con mucho tiempo, pues decidí coger otro tren que estaba y salía desde Alcalá que estaba vacío".

Recuerdos repletos de cotidianidad hasta que de repente "todo se lleno de luz, yo notaba que mi cuerpo se iba moviendo y va girando, pero no lo quería controlar y no podía".

En los primeros momentos no sintió miedo, sino frío y que lo más terrible era el silencio". "en ese momento concreto luego sí, pero ahí no sentía dolor" explica.

Tampoco olvida a las personas que salvaron su vida, como Ángel, la persona que cubrió sus piernas con una cazadora y salió corriendo a pedir ayuda para ella.

Dori señala que los homenajes que se realizan en estos días son indispensables porque "es necesario que se recuerde y yo creo que es necesario que se conozca que un atentado no termina y acaba el día del atentado".

Ese día el pueblo de Madrid se organizó: los vecinos bajaron, los taxistas abrieron sus puertas, los autobuses también y todo el mundo puso su parte "Sin toda esa colaboración yo dudo que hubiera salido con vida de aquel tren", afirma Dori.