Zulema y su hija llevan años viviendo un infierno entre goteras en Fuenlabrada: “Vamos al baño con paraguas”

Más de 10 años llevan Zulema y su hija viviendo con unas enormes humedades y goteras de las que no solo cae agua, sino todo lo que pasa por las tuberías del piso de arriba porque el vecino no deja entrar al seguro.

Un plástico las protege a ella y a su hija del agua que cae del techo "hay veces que tengo un paraguas colgado y si ves que está cayendo y necesitas usar el váter, pues te lo pones", nos cuenta.

Unas goteras que las acompañan desde hace nada menos que 12 años. Los fontaneros diagnostican problemas en las tuberías y en el sellado del baño del vecino de arriba.

"Ellos riegan el suelo o a cubos o con la manguera" respecto a los sanitarios "tenían el lavabo roto con una raja y caía mucha agua" nos explica Zulema. El agua que cae ni siquiera está limpia está proviene también de la ducha, el váter o el bidé.

Por seguridad le recomiendan derribar el techo entero pero el problema persiste y no sirve de nada ponerlo nuevo. "Me fui de vacaciones una semana, que llevaba dos años sin irme y, cuando vine, me habían destrozado el techo", lamenta.

La acumulación de agua abre agujeros en el yeso y disuelve hasta los ladrillos. Es tan grande que afecta ya a otras habitaciones "está todo encima de los muebles podrido, el techo rajado... se me ha caído el foco".

La cocina el salón y el pasillo muestran también síntomas de humedad hasta el punto de tener hongos en la pared del pasillo.

El cuadro eléctrico supone un peligro, muchas veces el agua cae con las luces encendidas: "cuando está cayendo tanta agua te pones tan de los nervios que enciendes la luz y te pones a recoger porque yo no me daba cuenta ni de eso".

Más allá del riesgo de derrumbe, o de haberse tenido que acostumbrarse usar a paraguas cuando tenga que ducharse o lavarse los dientes, la hija de Zulema, de 10 años, sufre asma y vivir en un entorno con tanta humedad le es perjudicial para la salud.

Los inquilinos de arriba insisten en que se están encargando de la situación, pero Zulema lleva 12 años sufriendo. El dueño da como explicación para no reparar es que el inquilino no le deja entrar porque no quiere que nadie porque, en palabras de Zulema "entre su casa, en todo caso lo repara a él o sus amigos".

Nuestro programa no ha podido contactar ni con el inquilino ni con el propietario. La justicia ahora es la encargada de decidir quién es el responsable de la desgracia de Zulema