“Fui sobre agua edificada, mis muros de fuego son, esta es mi insignia y blasón” rezaba la leyenda del que probablemente fuera el primer emblema de Madrid, allá por el siglo XII. Y no le faltaba razón. Dos tercios de toda la Comunidad de Madrid se encuentra sobre aguas subterráneas.
Cuando llueve de forma abundante parte se incorpora a los ríos, otra es consumida por la vegetación y el resto, se infiltra a través del suelo.
Al tenerlas reservadas para periodos de urgencia, las aguas subterráneas suelen permanecer tranquilas, con escaso protagonismo, hasta que se las necesita