Vídeo: Redacción | Foto:Telemadrid
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'Hola padres. Esta gente no me cuida mal. Así es que a ver si esto termina pronto. Hasta luego papá. Adiós mamá. Hermana, te quiero mucho. Adiós.' Estas eran las palabras que una supuesta Anabel Segura dirigía a su familia por teléfono. Después , uno de los secuestradores, hacía esta amenaza: 'Escúcheme con atención: Han escuchado la voz de Anabel. Si no se cumplen todas nuestras peticiones en la entrega del dinero dentro de 30 días, la ejecutaremos.'

El 29 de junio de 1995, tras recibir esta llamada la familia Segura con la ayuda siempre de la policía decide difundirla y solicita la colaboración ciudadana. La emisión de la cinta en un programa de televisión que se dedicaba a buscar personas desaparecidas, resultó fundamental en la investigación. Una persona que estaba viendo el programa creyó reconocer a uno de los secuestradores. El 28 de septiembre de 1995, Emilio Muñoz, de 40 años, churrero y repartidor de paquetería era detenido. Junto a él, sus cómplices: su esposa, Felisa García, de 39 años, que se hizo pasar por Anabel en las llamadas de teléfono realizadas a la familia y Cándido Ortiz, un fontanero de 38 años.

Los detenidos no tardaron en confesar el secuestro y asesinato de Anabel y el motivo por el que la metieron en aquella furgoneta, simplemente fue por una recompensa económica. Esa misma noche, Emilio indicaba a la policía dónde habían ocultado su cuerpo. Anabel llevaba enterrada aquí más de dos años. Mataron a la joven tan sólo seis horas después de secuestrarla.