Your browser doesn’t support HTML5 audio

(Actualizado

Tiempo para la ciencia en el Enfoque, como cada viernes con José Manuel Nieves.

Por primera vez en la historia de la Medicina, un equipo de médicos ha conseguido poner a un ser humano en animación suspendida. El hito, logrado por investigadores de la Universidad de Maryland, forma parte de un ensayo clínico en Estados Unidos, con el objetivo de reparar lesiones traumáticas que de otra manera causarían la muerte de los pacientes.

Oficialmente llamada «técnica de preservación y resurrección de emergencia» (EPR por sus siglas en inglés), el procedimiento se aplica a personas que llegan al Centro Médico de la Universidad de Maryland en Baltimore con traumas agudos, como un disparo o una herida de arma blanca, y que han sufrido un paro cardíaco. Se trata, pues, de pacientes cuyo corazón ha dejado de latir y que han perdido una gran cantidad de sangre. Pacientes que deben ser operados de inmediato, y de los que, según las estadísticas, sobreviven menos del 5%.

De este modo, el equipo de cirujanos dispone de cerca de dos horas (y no solo de unos pocos minutos), para reparar las lesiones del paciente antes de que éste se caliente y se reinicie su corazón. Tisherman asegura que espera anunciar los resultados completos del ensayo a finales de 2020.

A su temperatura normal (alrededor de 37 grados) las células del cuerpo humano necesitan un aporte constante de oxígeno para producir energía. Pero cuando el corazón se detiene, la sangre ya no puede llevar ese oxígeno hasta las células. Y sin oxígeno, el cerebro puede resistir apenas unos cinco minutos antes de sufrir daños irreparables. Sin embargo, bajar la temperatura del cuerpo y el cerebro disminuye o detiene todas las reacciones químicas de nuestras células, que de esta forma necesitan menos oxígeno.

La idea de Tisherman para el ensayo era comparar a 10 personas sometidas a la técnica con otras 10 que no lo fueron, por no encontrarse el equipo en el centro en el momento de su ingreso.

El ensayo, para el que no se necesita consentimiento explícito de los pacientes, tiene el visto bueno de la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA), que lo aprobó al no existir un tratamiento alternativo para ese tipo de lesiones, que suelen ser fatales.

Anteriores estudios con animales ya habían mostrado que cerdos con traumas agudos podían enfriarse durante 3 horas, operarse y después resucitarse. "Sentimos que era hora de llevar la técnica a nuestros pacientes -dice Tisherman- Ahora lo estamos haciendo y estamos aprendiendo mucho a medida que avanzamos con la prueba. Una vez que podamos demostrar que funciona aquí, podemos ampliar la utilidad de esta técnica para ayudar a más pacientes a sobrevivir. Quiero dejar claro que no estamos tratando de enviar personas a Saturno, sino tratando de ganar más tiempo para salvar vidas".